Una pequeña ciudad por Stendhal

Verrieres, ciudad donde se inicia el Rojo y negro de Stendhal, no solo es uno de los escenarios centrales de este clásico de la literatura, sino un personaje con una identidad propia, como describe el escritor francés desde sus primeras páginas. 

Desde distintas perspectivas visuales se presenta ante nosotros la ciudad de Verrieres. La primera se asemeja a una vista panorámica, la segunda ofrece una mirada más cercana y, por último, una tercera vista reproduce aquello que el turista mira, siente y escucha mientras recorre las calles de esta pequeña ciudad.

La primera vista panorámica o vista de lejos, se aprecia en su primer párrafo: “La pequeña ciudad de Verrieres puede pasar por ser una de las más bonitas del Franco-Condado. Sus casas blancas, con tejados puntiagudos de tejas rojas, se extienden sobre la ladera de una colina en donde unos macizos de vigorosos castaños acentúan las menores sinuosidades. El Doubs fluye a unos centenares de pies…”.

Esa mirada parece cambiar en el párrafo siguiente, donde aquel que parecía contemplar desde lo alto la ciudad, desciende luego para darnos una descripción más cercana: “Verrieres está resguardada, del lado Norte, por una alta montaña: es una de las estribaciones del Jura. Las cimas quebradas del Verra se cubren de nieve en cuanto llegan los primeros fríos de octubre…”.

Luego, en un párrafo después, el que mira o describe, empieza recorrer a pie la ciudad, y nos transmite lo que ve, huele y escucha: “Apenas entra uno en la ciudad, se siente aturdido por el estruendo de una máquina ruidosa y de apariencia terrible…”. 

En tres poderosos párrafos, Stendhal nos enseña a mirar desde distintos ángulos la ciudad como uno más de los personajes importantes del Rojo y negro; una ciudad, que, como decíamos al inicio, también posee un alma, una identidad, y hasta una manera de pensar como en un siguiente capítulo afirma Stendhal, cuando describe a la gente que habita la ciudad: “Esta es la frase que todo lo dispone en Verrieres: producir beneficios. Ella sola representa el pensamiento habitual de las tres cuartas partes de los habitantes”.