Editorial Economía

La batalla de ideas contra los enemigos de la agroexportación nacional

Intento de destruir una de las columnas del desarrollo nacional debe ser detenido

La batalla de ideas contra los enemigos de la agroexportación nacional
  • 10 de noviembre del 2025


La semana pasada la Asociación de Gremios de Productores Agrarios (AGAP) denunció que los competidores internacionales de las agroexportaciones nacionales, de alguna manera, han comenzado a financiar a algunas entidades para desarrollar campañas de demonización en contra de la agroindustria nacional.

En la denuncia se señaló que el medio Salud con Lupa –financiado por Bertha Foundation, oenegé sudafricana, en base a las supuestas investigaciones de la oenegé inglesa Water Witness– había empezado una campaña de fábulas señalando que las empresas agroexportadoras eran las responsables de la falta de agua en el valle del Ica. El objetivo era claro: desatar una guerra de clases entre grandes y chicos.

La campaña estaba basada en mentiras inaceptables: Por ejemplo, se desinformaba señalando que la Laguna Choclococha movilizaba 490 millones de metros cúbicos anuales cuando, según la Autoridad Nacional del Agua (ANA), se registraba 130 millones de metros cúbicos. Una leyenda que se cae ante la primera mirada.

Antes de continuar vale señalar que el Perú es el primer exportador de uvas y arándanos del mundo y el segundo en paltas. Y he aquí, como se dice, el detalle: Sudáfrica compite con el Perú en la exportación de uvas, mandarinas, naranjas, paltas y arándanos. Más claro no cantan los gallos.

Ahora bien, es curioso que las oenegés financiadas por los competidores internacionales de nuestras agroexportaciones y también de los minerales de las minas nacionales, suelan recurrir al argumento del agua en el Perú, una de las diez potencias mundiales en agua dulce. En el Perú es verdad que falta agua, pero no porque los agroexportadores o las minas atenten contra los demás, sino porque casi el 95% del agua se pierde en el océano Pacífico porque no se construyen represas y reservorios en la cordillera de los Andes.

Vale recordar que hoy el Perú podría tener el doble del ingreso per cápita anual (alrededor de los US$ 16000) si es que se hubiese materializado toda la cartera de inversiones mineras. No fue posible porque surgió una fábula del agua, tal como se pretende hacer en el valle de Ica. Bajo el lema “agua sí, oro no” a inicios de la segunda década del nuevo milenio se paralizaron Conga, La Granja, El Galeno, Michiquillay, entre otros, en la región de Cajamarca, y el Perú perdió alrededor de 1.5 millones de toneladas métricas de cobre que pudo haber agregado a su producción anual actual de 2.8 millones de TMC. El Perú también perdió la posibilidad de crecer sobre el 5% anual –al margen de las crisis políticas endémicas– y Cajamarca en vez de tener el ingreso per cápita más alto del país pasó a ser la región más pobre con el 45% de su población en pobreza.

Semejante crimen económico y social se desarrolló bajo una fábula, una narrativa, vinculada al agua. Se sostuvo que la minería era una amenaza para los recursos hídricos destinados al consumo humano y la agricultura. Se creó el muñeco de la cabecera de cuenca: se sostuvo que sobre los 3,000 metros sobre el nivel del mar estaban las cabeceras de cuenca y, por lo tanto, no debía existir minería ni industrias. La leyenda era brutal a favor de nuestros competidores: el 80% de los proyectos de cobre está sobre la señalada altitud. Incluso, el Congreso casi se traga el cuentazo.

¿Por qué era una fábula? Porque el agua de los Andes no proviene de una determinada altitud sino de las lluvias que proviene de la evaporación de la cuenca del Atlántico. Si queremos cosechar agua tenemos que construir represas y reservorios como cualquier nación desarrollada. Finalmente, la leyenda pasó, las poblaciones se tragaron el bocado y hoy Cajamarca tiene la mayor pobreza del país.

Es simbólico que la campaña y la demonización en contra de nuestras agroexportaciones empiece en Ica, una región agroexportadora que tiene menos pobreza en todo el país: apenas 6% no obstante que el promedio nacional está en 27%.

La campaña de los competidores internacionales en contra de nuestras agroexportaciones, pues, debe convertirse en un grito de guerra en todos los peruanos de buena voluntad. El Perú puede multiplicar su frontera agroexportadora en más de un millón de hectáreas; es decir, puede sumar cuatro veces el actual milagro agroexportador. ¡No lo permitamos!

  • 10 de noviembre del 2025

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