En el Perú, hablar de conectividad es hablar de desigua...
Semanas atrás la Red Muqui y diversas organizaciones no gubernamentales presentaron –en el distrito de Cocachacra, en el Valle de Tambo–, un informe denominado "Riesgos y potencialidades del valle de Tambo en tiempos de la COVID-19 y reactivación económica”. Se trata de una supuesta investigación sobre la rentabilidad del agro y la pesca en esta parte de la región sureña.
La tesis del referido documento es sencilla, pero ¡cómo siempre! concluyente contra la minería moderna: de ejecutarse el proyecto Tía María las pérdidas en agricultura serían de S/ 2,632 millones, y en la pesca y actividades pecuarias de S/ 2,992 millones.
Luego de analizar las conclusiones del señalado informe, no se puede entender de dónde provienen semejantes números. Lo que sí queda claro es que, a pesar de los numeroso ejemplos de coexistencias de la minería con otros sectores productivos, el movimiento antiminero sostiene que la agricultura y la minería son incompatibles. Se olvida, por ejemplo, que, en los países desarrollados,las inversiones mineras son las fuentes de cosecha de agua, porque promueven la construcción de represas y reservorios para encauzar los ríos. En estos países, al lado de los grandes emprendimientos mineros, generalmente surgen valles agrarios.
El tema no queda allí. Entre las conclusiones del mencionado informe se sostiene que de ejecutarse Tía María, se generará una pérdida de empleos sin precedentes. Según la Red Muqui, actualmente la agricultura genera más de 11,000 puestos de trabajo en los cuatro distritos que conforman el Valle (Cocachacra, Punta de Bombón, Dean Valdivia y Mejía) y 5,140 en la pesca artesanal y en el sector pecuario. Para los antimineros todo ello desaparecería de ejecutarse la inversión de Tía María. Los antimineros indican también que la pérdida de todos estos empleos representaría más de S/150 millones; semejantes, dicen, a los S/ 150 millones anuales que llegaría de canon minero para toda la región si se concreta Tía María.
¿Cómo así se desarrollan todos esos cálculos? ¿Cuáles son las variables que se utilizan para proyectar semejante adversidad económica, cuando sucede todo lo contrario en las regiones con grandes inversiones mineras; tal como pasa en Moquegua, por ejemplo? ¿No se sabe acaso que las regiones mineras tienen el ingreso per cápita más alto y que Cajamarca, una de las regiones más pobres, podría alcanzar el per cápita de un país desarrollado de ejecutar toda su cartera de proyectos mineros?
Los estudios realizados por las entidades académicas más serias sostienen que el proyecto minero Tía María generará más de S/ 5,460 millones por canon y regalías en 20 años para Arequipa. Esto es alrededor de S/ 273 millones anuales y no los S/ 150 millones que indican los sectores anti inversión. Es más, con esos S/ 5,460 millones podrían construirse siete hospitales y 17 centros de salud, 183 colegios, instalar un sistema integrado de saneamiento y más de 220 kilómetros de redes de distribución, entre otros.
Con respecto al agua, el proyecto minero usará un sistema de agua desalinizada y no la del río Tambo. Ello quiere decir que no tendrá ningún impacto sobre la agricultura, y mucho menos en la pesca o la acuicultura, y que no se afectarán los empleos en estos sectores. Es más, hoy Southern ejecuta un programa para mejorar la competitividad agraria y productiva en todo el valle, a través de la construcción de infraestructura para el regadío.
El informe que analizamos es otro ensayo ideológico más del sector antiminero para liquidar a Tía María. Un proyecto que, a pesar de toda la campaña en contra, sigue siendo viable; y que cambiará el futuro de los habitantes del valle de Tambo y de la región Arequipa.
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