Fernando Palomino

Hacia un Perú con visión de Estado

Líneas de base para los planes de gobierno en las elecciones 2026

Hacia un Perú con visión de Estado
Fernando Palomino
04 de noviembre del 2025

 

Las propuestas de plan de gobierno al 2026 deben partir necesariamente de acuerdos básicos para construir el Perú del futuro. El Acuerdo Nacional, que define las Políticas de Estado, junto con los objetivos de la visión estratégica del país y las Políticas Nacionales, constituyen guías esenciales para los gobiernos de turno. Más allá de ideologías, todo se resume en cumplir el rol del Estado conforme a la Constitución Política.

Por otro lado, el Perú está sobrediagnosticado: sabemos lo que hay que hacer y, sobre todo, lo que no debe hacerse. El reto está en mejorar la calidad de las políticas públicas en los ámbitos más críticos —educación, salud, conectividad y seguridad—, todas ellas transversales y en beneficio directo de los ciudadanos.

El “máster plan” del Perú no son los planes de gobierno que los partidos presentan cada cinco años como requisito electoral, pues suelen ser listas de buenos deseos y promesas sin control ciudadano. Los verdaderos instrumentos de planificación son los del Estado: la visión y los objetivos del Plan Estratégico de Desarrollo Nacional al 2050 (CEPLAN), un documento sólido que, tras un análisis profundo del entorno global y nacional, establece cuatro objetivos nacionales y escenarios prospectivos. De su lectura se desprende claramente qué hacer y, sobre todo, qué no hacer.

¿Algún candidato ha mencionado esto? Ninguno, y dudo que lo haga. El cortoplacismo nubla a los líderes políticos y les impide ser estadistas. Lo importante, una vez más, parece ser el rédito político inmediato, incluso a costa del futuro nacional. Es momento de tener presidentes estadistas, con visión de largo plazo, capaces de asegurar la continuidad y la mejora de la inversión pública.

De cara al 2026, hay prioridades que deben reflejarse en los planes de gobierno y que exigen esfuerzo sostenido. Entre ellas:

  • Respeto irrestricto a la Constitución Política del Perú, en especial al modelo de economía social de mercado, el más eficiente de nuestra historia republicana, con sus virtudes y defectos.
  • Cumplimiento del planeamiento estratégico nacional al 2050, priorizando a la persona humana y considerando las megatendencias globales y nacionales.
  • Priorización de las políticas públicas de salud y educación, con planes y estrategias vinculantes que mejoren la eficiencia de los recursos humanos y aseguren servicios públicos de calidad.
  • Hambre cero, reduciendo drásticamente la anemia y desnutrición materno-infantil (43%), aprovechando la abundancia de recursos proteicos del mar peruano. Si el sector privado no puede cubrir la demanda, el Estado debe ejercer su rol subsidiario.
  • Reforma profunda del Estado, especialmente en justicia, Ministerio Público y sistema penitenciario, con apoyo internacional si es necesario. La ineficiencia judicial frena el desarrollo e inhibe la inversión.
  • Reforma de la Policía Nacional, desmilitarizando su estructura y convirtiéndola en una institución moderna, con apoyo técnico de un país con comprobada eficiencia policial.
  • Reforma tributaria integral, que amplíe la base de contribuyentes, reduzca el IGV, combata la evasión y elusión, minimice exoneraciones y contemple sanciones más severas, incluso constitucionales, por deudas con la SUNAT.
  • Nueva regionalización territorial, ya que el modelo actual ha fracasado. No se necesitan 25 regiones, sino un máximo de seis, definidas por criterios geoeconómicos que garanticen eficiencia y mejor gestión pública.
  • Promoción de la meritocracia e institucionalidad en todos los poderes del Estado, desde el primer día, con normas claras y de cumplimiento estricto. Como señaló James Robinson, Premio Nobel de Economía 2024: “El Perú ha fracasado durante siglos en invertir en su población. La riqueza del oro y el cobre no garantiza desarrollo sin reformas institucionales”.

Por supuesto, hay más temas prioritarios. Pero debemos comenzar estableciendo líneas directrices claras desde el inicio del próximo gobierno. Dejemos atrás el “más de lo mismo” y exijamos a los partidos propuestas serias y realistas. Solo así podremos devolver la esperanza a los peruanos.

Fernando Palomino
04 de noviembre del 2025

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