Carlos Adrianzén

Disparándonos a los pies

Si la minería peruana colapsa, el Perú colapsa

Disparándonos a los pies
Carlos Adrianzén
27 de noviembre del 2024


Nuestro país se caracteriza por persistir disparándose a los pies. Con una costa transversalmente desértica, el Señor nos envía lluvias, y nuestras burocracias las convierten en desastres –dizque naturales–. Con provincias llenas de gente pujante y minerales, nuestras burocracias las convierten en zonas repletas de trabas, conflictos, delitos, estancamiento y corrupción. Con una población generosa, nuestras burocracias las convierten en masas oprimidas, subterráneas y sub educadas que toleran o eligen a hordas de impresentables en el legislativo y ejecutivo de todo el país.

Desde que los españoles se fueron corriendo el año 1821, los peruanos no hemos comprendido nuestro mandato. El reto implica limitar los abusos de la burocracia. Por ello, no construimos una sociedad libre, inclusiva. Ellas convierten las bendiciones (lluvias, minerales o personas) en planos para nuestro atraso. 

Desde que iniciamos nuestro proceso de construir una nación, expulsando a dos mercenarios sudamericanos de los ingleses (llamados penosamente libertadores), solo abrazamos viejos y trasnochados socialismos y mercantilismos. Los cultivos perfectos de una burocracia que puede abusar. Extractivismo puro y duro a la usanza de un incanato depredador y una nueva España mercantilista. Dado que ambas recetas económicas garantizan el fracaso, el progreso económico nos es –lógicamente– esquivo. Metafóricamente, el dispararnos continuamente a los pies, con ideas opresoras, no nos deja avanzar mucho. La pobreza es el paisaje, y las ideas económicas que abrazamos (i.e.: que todo es fácil, ergo que somos ricos, siendo pobres; que hay que ayudar a los empresarios; o que hay que tener empresas estratégicas); consolidan nuestra tozuda condición tercermundista. Año tras año, década tras década, siglo tras siglo. Nos gobiernan sucesivamente personajes de todos los tamaños y colores, a modo de la maldición que –hace 194 años– nos dejó un mercenario venezolano, aprendiz de dictador.

Bajo esta perspectiva es que hoy les escribiré sobre la Minería Peruana Actual. Sobre las razones por las cuales –a pesar de ser el sector el que nos trae el pan– los últimos gobiernos han cambiado su rumbo para mal, han postergado sus inversiones por razones dizque política y se ha entrado en una fase de declive indeterminado. Una fase que les pasará una terrible factura a los habitantes más pobres de nuestro país.

Atacando a los que traen el pan

Pero ¿cómo es esto de que el sector minero nos traería el pan? Si –actualmente– produce un décimo de la producción agregada. Las estadísticas peruanas están razonablemente construidas, aunque de cuando en cuanto registran irregularidades y oscuridades. Y dentro de estas últimas, estaría el que no esté propiamente publicada una serie respecto a cuánto empleo adecuado genera directa e indirectamente, ni cuántos impuestos (léase: tasas, contribuciones y tributos) –también directos e indirectos– se recaudan anualmente del sector. Pero sí sabemos –ver figura Alfa– que a septiembre pasado ingresan anualmente divisas por exportaciones por más de 47 billones de dólares y que estas configuran dos tercios de lo que exportamos. 

Ellos traen –prevaleciendo día a día en híper competitivos mercados globales de commodities– las divisas con las que compramos medicamentos, alimentos, infraestructura, maquinaria y equipos, servicios, etc. 

Sí estimado lector: ellos ponen el pan. No son vendedores de piedras como diría un activista de izquierda.

La Izquierda sabe que, si la minería peruana colapsa, el Perú colapsa. Particularmente, se comprimiría también el Empleo, el Fisco, el Sistema Financiero y explosionaría la Incidencia de Pobreza. Saben que no hay ganancia de ingresos hacia la clase media; y justamente por eso debilitan y complican –léase informalizan–las actividades mineras. 

Saben –desde Humala a Boluarte– que, con una clase media pujante, no ganarían ni siquiera otra elección manipulada.

Por eso, cambian –discreta y no tan discretamente– el rumbo a la minería nacional vía mayor corrupción burocrática, tolerancia a la violencia ideológica e incumplimiento de la ley. Con ello se deprime el crecimiento económico del sector (ver figura Beta) en el largo plazo –subgrafo de la derecha– y de corto plazo –subgrafo de la izquierda–. Apuestan a que, a más pobres, mayor será la popularidad de las dádivas y del control burocrático. 

El pulmón de la actividad minera

No es casualidad la violencia y el abandono estatal a las condiciones mínimas para el desarrollo de la inversión en minería –tanto para nuevos proyectos o reposición cuanto de infraestructura conexa– (ver figura Gamma). Su flujos reales quinquenales se reducen a menos de la mitad entre el 2013 y la actualidad.

Inventan permisos y trabas a niveles propios del abuso, el incumplimiento y hasta los propios de una comedia de equivocaciones. Hace poco estuve en una charla donde un cantinflesco burócrata se preciaba de ser él quien lo decidía todo. Hasta cuando un yacimiento podría cerrar o no...

¿Está todo perdido?

Nunca está todo perdido. Churchill tenía razón. No hay triunfo definitivo, ni derrota fatal. 

Aunque hayan capturado desde burocracias, hasta medios de comunicación la última figura de estas líneas (Épsilon), resulta meridiana. No solo se habría reducido severamente el producto potencial de la actividad minera peruana, sino que –a pesar de las incipientes evidencias de mejora post Vizcarra-Sagasti-Castillo- no podemos hablar de una recuperación sectorial robusta.

Es menester desmontar el avance de la izquierda y sus nefastas políticas en el sector. Primero, ofertar Orden Público, luego, transversalmente, destrabar Inversiones, ser intolerantes a la Violencia Ideológica en las áreas de influencia minera, y reducir al mínimo las ya elevadas Corrupción e Ineficacia de la Burocracia estatal conexa. 

Aquí no hay tu tía

El proyecto Tía María, por ejemplo, debe operar inmediatamente, si y sólo si, se ajusta a la Ley, en forma meridiana. Ni un solo día más de incumplimientos y abusos a los que invierten.Más pobreza –explicada por ideología burocrática– resulta algo intolerable.

Carlos Adrianzén
27 de noviembre del 2024

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