Carlos Hakansson
Bipartidismo ideológico
A pesar de sus ventajas, los bipartidismos enfrentan retos significativos
Los sistemas bipartidistas son característicos de democracias con instituciones sólidas. Esto contrasta con los modelos parlamentarios anglosajones y europeos continentales. Aunque algunos estados europeos han adoptado sistemas multipartidistas, la alternancia en el poder en los bipartidismos se percibe como más natural.
Esto difiere de los bipartidismos imperfectos, como el parlamentarismo español, donde dos grandes partidos se alternan en el poder con el apoyo de varios partidos pequeños en la asamblea legislativa. En estos casos, la frase "a mayor representatividad, menor gobernabilidad" ilustra bien la dificultad de investir a un nuevo primer ministro. En los sistemas presidencialistas clásicos, como el de Estados Unidos, donde las elecciones legislativas y ejecutivas son separadas y no coinciden, la sucesión democrática se percibe como más natural en comparación con la alternancia durante una contienda electoral.
A pesar de sus ventajas, los bipartidismos enfrentan retos significativos. En Estados Unidos, por ejemplo, durante las campañas presidenciales, no siempre es evidente el favoritismo ciudadano hacia uno de los candidatos principales. La falta de predictibilidad a pocas semanas de la elección complica los pronósticos, incluso para las encuestas, que a menudo muestran un empate técnico. Un ejemplo notable fue el resultado de las elecciones entre Bush y Gore, donde Gore obtuvo más votos populares, pero Bush ganó con el número necesario de colegios electorales.
Durante la Guerra Fría, la línea divisoria entre demócratas y republicanos era menos pronunciada, ya que ambos partidos se unieron contra el comunismo, adoptando políticas internacionales previsibles según el partido en el poder. Sin embargo, en los últimos quince años, la división se ha acentuado, con la contienda política centrada más en ideologías progresistas y conservadoras que en afiliaciones partidistas tradicionales. Así, el bipartidismo actual es más ideológico que pragmático.
COMENTARIOS