Una de las preguntas que suelen hacerse los especialistas en d...
El sector agroexportador peruano continúa imparable. En 2018 registró un incremento de ventas del 12% respecto al año anterior, alcanzando exportaciones totales de US$ 6,647 millones. Algo impensable hasta antes del 2000, cuando apenas exportábamos US$ 800 millones.
De las más de 600 variedades exportables que el país tiene en cartera, entre frutas y hortalizas frescas, sobresale la uva con un crecimiento del 13% y un acumulado total de US$ 739 millones. La palta es considerada el “oro verde” peruano, el segundo producto agroexportador más importante con un monto de US$ 724 millones (con 25% de incremento). Luego están los arándanos con US$ 527 millones (46%), mangos con US$ 254 millones (33%), cítricos con US$ 203 millones (7%) y, entre otros, banano orgánico con US$ 164 millones (10%).
El café en grano sumó ventas de US$ 627 millones en el 2018, el cacao US$ 254 millones y el kion o jengibre US$ 36 millones. Los principales destinos de las exportaciones agrícolas han sido Estados Unidos con ventas que sumaron US$ 932 millones, Países Bajos con US$ 733 millones, Reino Unido con US$ 227 millones, España US$ 172 millones, China con US$ 113 millones, Hong Kong con US$ 107 millones, Corea del Sur con US$ 91 millones, Canadá con US$ 56 millones, Chile con US$ 49 millones y Rusia con US$ 39 millones.
De acuerdo a Gabriel Amaro, director ejecutivo de Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP), en los últimos años se ha logrado una alta productividad en los cultivos de exportación. No obstante estos buenos resultados, la ampliación de la vigencia de la Ley de Promoción Agraria (Ley Nº27360), que posibilitó el boom exportador, todavía está detenida en el Congreso de la República. La izquierda antidesarrollo boicotea su extensión más allá del 2021, fecha que vence la vigencia de la ley. Asimismo, la construcción de la infraestructura pública necesaria para el comercio exterior no avanza, está literalmente detenida, retrasando el desarrollo pleno del potencial agroexportador.
De acuerdo al informe sobre competitividad de la fundación World Economic Forum (WEF, 2018), de 137 países, Perú ocupa el lugar 72. Hemos descendido cinco puestos con respecto a 2017. Y la competitividad depende de la productividad y de distintos parámetros relacionados con la capacidad institucional, infraestructura vial, educación, salud, seguridad jurídica, mercado, fortaleza de la justicia y de la seguridad. En este contexto no hay posibilidades de que el sector agro exportador adquiera velocidad de crucero.
Por ejemplo, un proyecto tan importantes como Majes II (Arequipa) continúa también detenido. La izquierda antimercado pretende pulverizar el espíritu exportador de la agricultura peruana. Plantea para Majes II hacer lo mismo que en Majes I: minifundio generalizado, agricultura de subsistencia, sembríos de pan llevar que no califican para las exportaciones. Con tantos años, no han servido de nada las experiencias negativas del minifundio arequipeño. El pensamiento antiperuano del gobernador de Arequipa, Elmer Cáceres, no permite que el proyecto hídrico más importante del sur amplíe el horizonte agroexportador de la región, para que alcance nuevos territorios cultivables y desarrolle actividades productivas a gran escala.
No obstante las adversidades nacionales, relacionadas con las decisiones públicas, los esfuerzos y los resultados alcanzados por las inversiones agrícolas son loables. Por ejemplo, de 212 países agroexportadores de frutas y hortalizas, Perú ocupa el décimo sexto lugar. En 18 años, Perú ha logrado convertirse en un auténtico “peso pesado”, proveedor seguro y confiable a nivel mundial.
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