Editorial Economía

El clúster minero del sur en espera

El lento desarrollo de un urgente proyecto

El clúster minero del sur en espera
  • 22 de marzo del 2021

La minería puede convertirse en una herramienta decisiva en el avance hacia el desarrollo del Perú. A diferencia de los relatos y discursos de la izquierda y los colectivistas en contra de la inversión en recursos naturales, diversos países –Australia, Canadá y Noruega, entre otros– han alcanzado el desarrollo sobre la base de la explotación de sus recursos naturales. La condición para lograr este objetivo: que la explotación de los recursos naturales se desarrolle en base al Estado de derecho. Es decir, la existencia de una red institucional que garantice la libertad y la justicia son las condiciones para evitar que un país caiga en la llamada “maldición de los recursos naturales” (como en el caso de Venezuela con el petróleo).

Para convertir la explotación de los recursos naturales en una “bendición”, entonces, se necesitan instituciones estables y predecibles. Sobre todo ahora que el desarrollo de la economía mundial señala que se viene un nuevo superciclo en los precios del cobre (que ha sobrepasado los US$ 4 por libra). Es en este contexto en que los candidatos presidenciales deberían formular sus propuestas sobre el papel de la minería.

El Perú tiene una cartera de inversiones mineras de alrededor de US$ 60,000 millones, y más del 60% de ella corresponde a proyectos de cobre. En ese sentido, la idea de los clusters mineros es fundamental: regiones en donde la concentración de minas e inversiones posibilita crear un sistema de producción y servicios para todos los proyectos de una zona. El clúster minero no solo reduce la huella ambiental a través de sistemas de transportes (carreteras y trenes) unificados, también multiplica las posibilidades de crear una industria nacional. Y finalmente, reduce los costos de los proyectos y le agrega competitividad al sector en el país.

Ahora bien, después de mucho bregar en el 2018, la Corporación Andina de Fomento (CAF) junto al Banco de Desarrollo de América Latina, y la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa (CCIA), crearon el denominado cluster minero del sur peruano que ahora está enfocado –sobre todo– a organizar y a identificar a los proveedores. El clúster minero se podría definir como un ecosistema concentrado de innovación y emprendimiento minero, una combinación de industrias e instituciones del sector privado y público. En este caso, el clúster minero del sur peruano comprende a las regiones de Arequipa, Moquegua, Tacna, Cusco, Apurímac, Puno y Ayacucho. 

¿Por qué un clúster minero precisamente en el sur? Por varias razones, entre ellas porque en este grupo de regiones mencionadas se concentra el 65% de la producción actual de cobre; pero también porque tiene el 45% de las carteras de futuros proyectos mineros en el metal rojo. Es decir, si no hubiera cobre no habría clúster, así de simple. 

Asimismo, en Arequipa se emplaza el puerto de Matarini, uno de los más importantes en el sur, por donde se exporta el concentrado de cobre de Las Bambas, Antapaccay, Constancia, Cerro Verde y Cuajone. Igualmente, vale señalar que el costo de la energía en esta zona del Perú es relativamente bajo. 

Otro de los puntos importantes es el rápido desarrollo de proveedores mineros. Si bien en el Perú existe un grupo de empresas que proveen servicios a la minería, el desarrollo es insuficiente. La minería necesita de empresas especializadas, que en inglés se les conoce como METS (Mining, Equipment, Technology and Services). En el Perú solo existen alrededor de 3,000, entre proveedores (2,800), mineras (95), instituciones (11), Estado (11) y academia (180). En Chile –para establecer comparaciones– existen más de 25,000 empresas articuladas de forma directa o indirecta en el clúster de Antofagasta, entre ellas empresas locales con estándares mundiales. ¿Cómo se hizo en Chile? El Estado promovió alianzas con las empresas mineras para la investigación, desarrollo e innovación. En Arequipa, el gobernador Elmer Cáceres Llica ahuyentó a las inversiones mineras desde que decidió oponerse radicalmente al proyecto minero Tía María. 

En Chile, el Gobierno Regional de Antofagasta (Estado) y el sector privado –Asociación de Industriales de Antofagasta (AIA)– confluyeron e impulsaron a inicios de los noventa un clúster en torno a los proyectos mineros de Chuquicamata, Radomiro Tomic, La Exótica y La Escondida. Gracias a dicha iniciativa dicha región chilena tiene hoy un PBI per cápita alrededor de US$ 24,000, el más alto del país del sur. En el Perú existe la enorme posibilidad del clúster minero del sur, pero también el del norte. Sin embargo, estos proyectos solo pueden funcionar a través de alianzas público privadas. Los candidatos, entonces, tienen la palabra.

  • 22 de marzo del 2021

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