Eduardo Zapata
La previa al mensaje presidencial
No será un mensaje acorde con las expectativas de los peruanos
Este 28 de julio la inquilina de Palacio de Gobierno –precaria pero constitucional– emitirá algunos sonidos en lo que habitualmente se llama mensaje presidencial.
Sabemos que un mensaje presidencial es a la vez un recuento de lo hecho y una promesa del actuar futuro. Y ya este es el cuarto mensaje pergeñado desde palacio por el movimiento ´de izquierdas´ –hoy en el Poder– en su primera y segunda etapas. Primero con Pedro y ahora con Dina.
Los filólogos adherentes al idealismo alemán nos convocaban para que antes de enfrentar el análisis de un discurso, procediésemos al principio de la adivinación del todo. Ese era un reclamo indispensable en el pensamiento del gran filólogo Karl Vossler. También Leo Spitzer, de la misma escuela, nos urgía a este principio bajo los conceptos de adivinación del todo o intuición creadora. Pues solo a partir de ese todo se podía establecer la importancia o relevancia de los hechos o datos hallados en el camino del análisis.
Es más que obvio que los sonidos a emitirse habrán de ser comentados más por intereses de continuidad o de ruptura que por criterios estrictamente analíticos. Y entonces tendremos números, datos, estadísticas y verbalismos, pues algo tendrá que comentar el comentarista. Pero si fuésemos rigurosos en el análisis tendríamos ya que adelantar que esa data y esas palabras no constituirán en rigor un mensaje digno de una persona que ejerce la primera magistratura del país y –menos, mucho menos– de las expectativas de los peruanos.
Tal vez sobre decir ya que lo hecho en estos años de Pedro y Dina destaca más por el vicio que por la virtud. Y no solamente hablamos de políticas capaces de dignificar la condición ciudadana, sino –y esto es lo más grave– de hechos y palabras que han contribuido a envilecer la administración de la cosa pública. Esa es la subyacencia de la previa al mensaje presidencial. De allí la rabia popular –contenida por el momento– y de allí las encuestas de opinión.
El mensaje presidencial se pronuncia el día que se celebra la independencia nacional. Y aquí conviene hacer una reflexión acerca del significado de esta palabra independencia. Pues en buena cuenta este gobierno es expresión de las llamadas izquierdas, cuyas políticas públicas precisamente han secuestrado la independencia ciudadana. Hemos asistido todos estos años al ejemplo de cómo un Estado burocrático secuestra –o permite secuestrar– las iniciativas o emprendimientos individuales. Quieran particularmente los jóvenes del país que cuando haya nuevamente que votar no se vote por aquellas propuestas que significan votar por el Estado y no por el ciudadano que sueña.
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua define la palabra mediocre con dos acepciones. Como un adjetivo para aludir a algo “de calidad media” o algo “de poco mérito tirando a malo”. Y ofrece entonces como sinónimo de mediocre lo “mediano, común, regular, corriente, gris, anodino, vulgar”. Tal vez mediocre sería un calificativo más que benévolo a la luz de lo visto y vivido estos años.
COMENTARIOS