El Estado que se ha construido en las últimas tres d&ea...
Mientras continúa la incertidumbre provocada por las impugnaciones de Perú Libre a los bolsones electorales de Fuerza Popular, y también mientras caen las acciones de la bolsa y se dispara el dólar, es necesario seguir explicando el papel de la inversión privada –sobre todo en la minería– en el crecimiento económico y la reducción de pobreza. Y uno de los mayores proyectos mineros es el de Tía María, en Arequipa, que continúa detenido por la indolencia del Estado y el bloqueo de inversiones por parte del radicalismo antiminero.
Tía María es un proyecto con una inversión proyectada de US$ 1,400 millones para producir 120,000 toneladas anuales de cobre al 99.9% de pureza. Y que ya obtuvo la licencia de construcción, después de varios años de dilaciones injustificadas. No obstante, esa licencia de construcción fue posteriormente observada, sin fundamentos legales, por el gobernador de Arequipa, Elmer Cáceres. Luego del proceso, el Consejo de Minería (CM, entidad dependiente del Ministerio de Energía y Minas), confirmó la licencia, y por eso Southern Perú, concesionario de Tía María, puede en cualquier momento iniciar las operaciones. Los precios y la demanda internacional de cobre son favorables, como ha sucedido en pocas ocasiones (la libra de cobre sobrepasa los US$ 4). Divisas, canon, regalías, arbitrios, tasas y otros impuestos son parte del aporte que la minera le ofrece al país.
No obstante las adversidades y la oposición a la minería por pequeños grupos de ideologizados dirigentes locales, la minería peruana cumple con su responsabilidad social. Por ejemplo, con una inversión de S/ 622,160 Southern construye una planta de tratamiento de aguas residuales en la comunidad campesina de Huaytire, provincia de Candarave (Moquegua). La planta de tratamiento mantendrá los niveles de agua de la laguna de Suches (Tacna) y reducirá al máximo la contaminación provocada por las aguas residuales.
La planta de tratamiento en Huaytire (4,400 metros de altura en territorio de bofedales) no necesita productos químicos y energía para procesar las aguas residuales. El sistema depura el agua con una eficiencia de 98% y sin emitir ruidos, gases ni olores, y sin necesidad de elementos electromecánicos y mantenimiento. De esta manera, los pobladores accederán a agua para uso doméstico, pecuario, acuícola y regadío de pastos de puna, alimento de la cadena productiva de alpacas. En Huaytire sorprende el incremento de la producción de carne y lana de alpaca (fibra textil) y los avances tecnológicos en los numerosos criaderos de truchas de exportación; una actividad en la que Perú ha experimentado un crecimiento de US$ 9 millones en 2013 a US$ 26 millones en 2017 en exportaciones.
No hay tiempo que perder. Los niños en edad escolar no pueden postergar su mejor alimentación, cuidados médicos y una educación de calidad con los estándares de los países más competitivos. Con la victoria de la democracia y las libertades sobre el totalitarismo comunistas, los proyectos mineros estancados se reactivarán.
La minería –fuertemente vinculada a la agricultura, ganadería y actividades acuícolas– resuelve problemas y es el principal gestor en el interior del país. Sin embargo, los relatos falsos de los agitadores extremistas crean percepciones equivocadas respecto al consumo de agua y una presunta contaminación, con el propósito de generar ambientes de pobreza y violencia, ideales para el avance del socialismo en el país.
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