En el Perú, hablar de conectividad es hablar de desigua...
Una demanda de acción de amparo sobre el proyecto hídrico Paltiture ha sido declara fundada por la Sala Civil de Moquegua. De acuerdo al fallo judicial, el Ejecutivo no tiene impedimento alguno para continuar con el proyecto hídrico. Además, la Sala deja libre el camino y ordena “reponer el trámite de delimitación interdepartamental entre las regiones de Puno y Moquegua”.
Con la continuidad del proyecto hídrico se puede reducir la pobreza en las zonas rurales de Moquegua y Arequipa, expandiendo el horizonte agrícola y ofreciendo a los pobladores agua y terrenos cultivables, además de asistencia técnica, semillas e ideas de asociatividad. No es posible que más del 95% del agua en el Perú se pierda en los océanos (Pacífico y Atlántico) por la falta de infraestructura hídrica para prevenir este desperdicio. Más del 40% de los agricultores pobres no tienen acceso al agua todo el año para sus actividades agropecuarias y necesidades domésticas.
En 2013, el Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) decidió iniciar el proyecto Paltiture. Por convocatoria pública, el consorcio español Incofi III inició los estudios de factibilidad de la represa, ubicada entre los departamento de Puno y Moquegua, en el altiplano. En 2014, Martín Vizcarra, presidente regional de Moquegua, se reunió con los pobladores de Tolapalca, lugar donde se planea construir la represa, para resolver la posición contraria al proyecto por parte de dirigencias vinculadas a la izquierda y que usan como pretexto supuestos problemas de territorialidad. En 2016 quedó desierta una nueva licitación por la reacción contraria de un grupo de comuneros de Tolapalca.
Autodenominados dirigentes de la zona confundieron a la población y reabrieron una disputa tribal entre los dos departamentos, creando dudas sobre la ubicación de Tolapalca: ¿Puno o Moquegua? Como siempre, el Estado abandonó su responsabilidad en el esclarecimiento de la situación. Con fines políticos, la izquierda peruana y el marxismo se aprovecharon del conflicto inventado y alentaron la confusión de los comuneros para detener el desarrollo de los pueblos pobres. Todos los intentos de diálogo fueron bloqueados por las autoridades de Puno. El empecinamiento infantil del ex gobernador de Puno, Walter Aduviri –hoy preso por una sentencia judicial condenatoria– resulta memorable: “El agua es de Puno y no se comparte con nadie”, decía la autoridad.
Hasta el reciente fallo de la Sala Civil de Moquegua, el proyecto estaba detenido. Medidas cautelares interpuestas por la Municipalidad de Puno y el Gobierno Regional de Puno, en 2016, impedían la continuidad de la obra. El Ejecutivo no podía hacer nada. ¡Ahora sí!
Lo curioso alrededor de la represa de Paltiture, es la posición de un sector de las autoridades de Puno, que dirigen (manipulan) la voluntad de los pobladores. El reciente fallo lo consideran una derrota y acusan al Jefe del Ejecutivo, Martín Vizcarra, de haber manipulado la justicia en este caso. Además, de “su afán expansionista”, porque de todas maneras habrá una consulta en Tolapalca para definir si el lugar pertenece a Puno o Moquegua.
Paltiture es un proyecto hídrico de 80 millones de metros cúbicos de agua para habilitar más de 10,000 hectáreas en el valle de Tambo en Arequipa y Moquegua. Se prevé que la inversión privada de S/ 300 millones favorecerá a más de 4,000 productores de arroz, cebolla, páprika y pastos, además de ganaderos.
Las buenas intenciones del presidente Martín Vizcarra y de su premier César Villanueva, cuando asumieron el control del Ejecutivo, contribuyeron al empedramiento del camino de las buenas intenciones. Prometieron a los agricultores de Arequipa y Moquegua que la obra estaría en la agenda del Gobierno y sería una realidad. Lo mismo fue con el proyecto Majes Siguas II en Arequipa, detenido también por la inoperancia del actual Ejecutivo y del gobierno regional de Arequipa.
El relato falso de la izquierda confunde la ubicación de Tolapalca, haciendo imposible la convivencia entre los peruanos. En lugar de proponer la construcción de reservorios, represas, canales, cochas y sistemas de regadío tecnificado, los marxistas se han propuesto destruir la economía, bloqueando todos los proyectos –minería, hidrocarburos, forestales, pesca, agroexportación, hídricos– con el fin de crear clima sociales de convulsión para señalar que el sistema democrático y de mercado abierto fracasó, para luego imponer un sistema parecido al de Venezuela.
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