En el Perú, hablar de conectividad es hablar de desigua...
La Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) anunció el inicio del plan “pico y placa” para detener la circulación de camiones que transportan mercadería por las vías de Lima. Esta decisión no solo afectará al desenvolvimiento económico del país por la mercadería detenida, sino porque además en los lugares donde los camiones deberán detenerse a esperar su libre tránsito, ocasionarán enormes congestionamientos vehiculares.
Según la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (Comex), 150,000 camiones congestionarán la periferia de Lima, esperando cumplir el plan pico y placa. Es un error pretender que la mercadería sea desembarcada de los camiones en diversos puntos de la ciudad para trasladarlos después a otras unidades de transporte más pequeñas. Con esto, además del desorden, los costos de manipulación, transporte y seguridad de la mercadería se incrementarían. Así, el plan pico y placa para los camiones de carga pesada alterará la cadena de despacho de la mercadería desde los centros de producción hasta el puerto y aeropuerto de Lima. Además movilizará en horarios de trabajo no definidos a personal de aduanas, seguros, inspecciones y verificación de mercadería. Es decir, el alcalde de la ciudad, Jorge Muñoz, debe saber que detrás de un camión con carga existe un sistema organizado de flujo de mercadería que ha costado muchísimo desarrollar entre entes privados y públicos.
La dinámica de la economía se fundamenta en la entrega de la mercadería en el momento oportuno; es decir, en el tiempo pactado entre el proveedor y comprador, ni antes ni después. Los espacios ocupados por la mercadería tienen un costo logístico que influye en el precio de los bienes. Si el Plan Nacional de Competitividad y Productividad presentado por el Gobierno apunta a mejorar la capacidad productiva del país, ¿cómo a la MML se le ocurre detener el flujo de las mercaderías? El Callao es el principal puerto del país, por donde pasa la mayor cantidad de productos que ingresan o salen del país. Detener ese flujo significaría un enorme costo que afectará a la competitividad peruana.
No solamente el comercio exterior, que en los últimos 18 años ha podido desarrollar el país con muchos esfuerzo, será afectado. También será perjudicado el sector de transporte de carga pesada, por las horas-hombre del personal detenido, la inmovilidad de un vehículo que debería seguir produciendo, la seguridad de la mercadería expuesta en la vía pública y la confianza ganada de los proveedores en la entrega de las mercaderías. Asimismo, el comercio mayorista y minorista de Lima será afectado seriamente. Los nuevos costos de distribución de los bienes serán trasladados al consumidor. Cada bodega y mercado dispondrá de nuevos trabajadores y equipo de manipulación y traslado para recibir la mercadería en nuevos horarios, fuera de las horas de trabajo convencional.
El plan pico y placa no está resolviendo de manera integral el congestionamiento de la ciudad de Lima, simplemente traslada el problema de una calle a otras. La única manera de resolver el problema del congestionamientos vehicular, que afecta a todas las ciudades del país, es mejorando el transporte público con más autobuses de gran capacidad, mayor frecuencia y calidad el servicio. Con esto, los vehículos “piratas” de transporte público, que han tomado por asalto de manera ilegal las calles de las ciudades, dejarán de circular, por el servicio diferenciado que ofrecen los autobuses de mayor capacidad. Por competencia y mercado libre los consumidores, en este caso los pasajeros, elegirán el servicio público que ofrezca todas las garantías y comodidades exigidas. Finalmente, depende de la MML la promoción del uso de transporte público. ¿Cómo? Mejorando sus servicios, Y esto es responsabilidad del alcalde, y no de los camiones de carga.
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