Editorial Economía

Perú dependerá energéticamente de Bolivia

Gas barato boliviano terminará costado caro

Perú dependerá energéticamente de Bolivia
  • 27 de junio del 2019

 

La Declaración de Ilo, suscrita en el marco del Encuentro de Presidentes y el V Gabinete Ministerial Perú-Bolivia —realizado el pasado 24 y 25 de junio en Ilo (Moquegua)— terminó con 49 acuerdos, tres de ellos relacionados con la comercialización de balones de gas boliviano en territorio nacional, distribución de redes de gas natural a domicilio e interconexión de los gasoductos peruano y boliviano. Con esto, la estrategia energética peruana (si existió alguna vez) se rinde ante la boliviana. El Ejecutivo de Martín Vizcarra renuncia a una estrategia energética propia y no hace nada por impulsar las exploraciones en hidrocarburos y gas.

No obstante, llaman la atención las declaraciones del mandatario Vizcarra respecto al Gasoducto del Sur, denominado ahora Sistema Integrado de Transporte de Gas (SIT GAS). Vizcarra sostiene que su Gobierno no renunciará a este proyecto y que de todas maneras construirá el gasoducto peruano. Asimismo ha señalado que, por seguridad energética, “en algún momento puedan conectarse los dos gasoductos, el de Camisea y el de Bolivia”. Veamos.

La planta de líquidos que el presidente Evo Morales plantea construir en Ilo servirá para los propósitos de exportación de gas boliviano hacia Asia y de importación de petróleo para Bolivia. ¿Acaso el presidente Vizcarra estaría pensando conectar el ducto peruano para exportar gas hacia el mercado asiático por intermedio de Bolivia? ¿O el ducto peruano (que podría ser construido con participación boliviana) servirá para abastecer al proyecto Siete Regiones (masificación de gas en Junín, Huancavelica, Ayacucho, Cusco, Apurímac, Puno y Ucayali) con gas boliviano, en lugar del peruano? 

Según Enrique Gonzales, la estrategia de Vizcarra sería dejar el Lote 58, concesionado a la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC) —de cuyas reservas probadas depende la construcción del Gasoducto del Sur— como reservas contingente (potencial económico, “pan para mayo”). Lo cierto es que las posibilidades de que Perú pueda construir un gasoducto son remotas en las circunstancias actuales, debido a la “tendencia a la baja” de las reservas probadas de gas. En el Libro Anual de Recursos de Hidrocarburos, de la Dirección General de Hidrocarburos (DGH), se señala una caída de 15.0 TFC (trillones de pies cúbicos) en 2013 a 12.9 TFC en 2017. La caída de las reservas se explica por la ausencia de exploraciones que permitan cuantificar las reservas probadas de gas, que son la base económica para decidir la construcción de un gasoducto. Hacerlo sin conocer el potencial de los yacimientos sería altamente irresponsable por parte del Ejecutivo.

En este escenario de dependencias, el proyecto de ley Nº 3871/2018-CR, del congresista Oracio Pacori, de Nuevo Perú, plantea declarar de interés nacional la suscripción del convenio entre Perú y Bolivia para suministrar gas en las regiones de Puno, Apurímac, Moquegua, Tacna y Arequipa. Con este proyecto es evidente el interés de la izquierda peruana y del marxismo regional en establecer la dependencia energética de nuestro país con respecto a Bolivia. Semejante situación desencadenaría consecuencias impredecibles para la soberanía nacional.

Los gobernadores regionales en el sur le están “vendiendo la idea” a la población de que con la participación de Bolivia los peruanos tendremos gas barato y en abundancia. Cuando lo cierto es que ese mismo gas barato podría ser peruano, si Vizcarra (como peruano) decidiera apostar por el país. La importación de gas (y de petróleo, más de 150,000 barriles diarios) no genera puestos laborales ni renta, tampoco canon o regalías. En otras palabras, la “estrategia” de comercializar gas boliviano en territorio nacional no solo es un negocio redondo para Evo Morales en Bolivia, también significa nuestra dependencia y la pérdida de soberanía del país (por falta de exploraciones de hidrocarburos). Congresistas como Oracio Pacori, de la izquierda, unen sus esfuerzos para asegurar la dependencia energética del Perú.

 

  • 27 de junio del 2019

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