En el corredor minero del sur –que integran las regiones...
Las Bambas, una de las diez minas de cobre más grandes del planeta, unos meses atrás, padeció la invasión del tajo Chalcobamba por unas decenas de pobladores de la comunidad Huancuire. Luego de este asalto, una intervención del Ministerio Público y la policía nacional (PNP) determinó que los invasores estaban desarrollando minería ilegal. Luego de estos hechos han pasado varios meses, se sucedieron las insurrecciones en contra la Constitución y el Estado de derecho, luego del golpe fallido de Castillo; sin embargo, los invasores de Chalcobamba siguen desarrollando el acto ilegal que viola la Constitución, las leyes nacionales y los tratados internacionales.
La violencia y la agresión en contra de la minería moderna es una constante, sobre todo en el corredor minero del sur, en donde se emplazan las minas de Apurímac, Cusco y Arequipa. En recientes videos propalados por Las Bambas en los medios de comunicación se informa que desde el inicio de las operaciones en el 2016, la mina acumula más de 17 meses de bloqueos en las vías, que impidieron trasladar el mineral al puerto. Considerando que cualquier potencia minera del planeta –tales como Canadá, Australia y Chile– quisiera tener en su territorio la inversión de más de US$ 10,000 millones de Las Bambas, vale preguntarse, ¿cómo es posible que semejantes hechos sucedan en el Perú?
Los bloqueos de las vías y la invasión del tajo de Challcobamba son los hechos que explican que la producción de Las Bambas en el 2022 se haya desplomado en cerca de 50%, no obstante los récords históricos de los precios de la libra del cobre que, según algunas consultoras, podría llegar a los US$ 5 en el 2024. El año pasado Las Bambas produjo 220,000 toneladas métricas de cobre (TMC), no obstante su proyección de producción es de 400,000 TMC anuales. La invasión del tajo Challcobamba fue letal contra la producción de la mina, porque ya debía entrar en operaciones ante el agotamiento del tajo Ferrobamba, que se explota desde el inicio de las operaciones.
¿Cómo es posible que semejantes hechos sucedan no obstante que Las Bambas contribuye a la economía nacional, la reducción de pobreza y financia a los gobiernos subnacionales? ¿Cómo es posible que la minería ilegal detenga a la minería moderna?
En recientes videos difundidos por Las Bambas se informa que desde el inicio de las operaciones hasta la fecha, la mencionada minera ha aportado S/. 1,684 millones en regalías; y en cuanto a canon, la contribución llegó a los S/. 315 millones. La manera cómo Las Bambas contribuye a los gobiernos subnacionales revela la estrecha relación entre inversión minera y avance de la descentralización. En ese sentido, según los videos mencionados, los aportes de la minera a la municipalidad de Challhuahuacho llegan a los S/ 512 millones, a las municipalidades de la provincia de Cotabambas sobrepasan los S/ 390 millones, y a la región Apurímac se transfirió S/ 316 millones. Asimismo, a las municipalidades de la región los aportes llegan a los S/ 673 millones, y a las dos universidades públicas de Apurímac se transfirieron S/ 100 millones.
En cualquier país medianamente moderno, con un mínimo Estado de derecha, la situación de Las Bambas frente a los mineros ilegales sería inaceptable. Es hora de que el Ejecutivo, el Congreso y las instituciones del sistema de justicia asuman su papel. De lo contrario la minería moderna entrará en agonía en el país.
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