Editorial Economía

La tragedia Castillo y el aumento de la pobreza

Se frenó el crecimiento y la creación de empleo

La tragedia Castillo y el aumento de la pobreza
  • 15 de mayo del 2023


Según el informe
Perú: evolución de la pobreza monetaria 2011-2022, redactado sobre la base de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) del Instituto Nacional de Estadística (INEI), la pobreza monetaria llegó a afectar al 27.5% de la población. Es decir, se incrementó en 1.6% con respecto al año 2021. Semejantes resultados establecen que más de nueve millones de personas en el país deben considerarse pobres. Una tragedia sin nombre, considerando nuestras posibilidades para crecer y reducir la pobreza, y que en los últimos años el mundo experimentó un superciclo en los precios de los minerales, sobre todo en el caso del cobre. Vale recordar que el país es el segundo productor mundial de este metal.

El señalado documento del INEI establece que el 41.1% de la población rural y el 24.1% de las áreas urbanas deben ser considerados pobres. Igualmente se establece que las regiones con una pobreza superior al 40% son Cajamarca, Huánuco, Puno, Ayacucho y Pasco mientras que la pobreza extrema afecta al 5% de la población. Sin embargo, la información extremadamente preocupante es que con respecto al 2019 –es decir, antes de la pandemia– la pobreza del 2022 se incrementó en 7.3 puntos porcentuales. En otras palabras, desde el 2019 los pobres han aumentado en más de 2.5 millones. Una barbarie.

Es incuestionable que la guerra política que se intensificó desde el 2016 hasta llegar a la elección de Pedro Castillo es la principal explicación de que el Perú, un país con tanto potencial en crecimiento y reducción de pobreza, se ha convertido en uno que aumenta este flagelo. Pedro Castillo fue elegido, a pesar de que desarrolló una campaña electoral en que proponía una asamblea constituyente, el desarrollo de un Gobierno en contra de la Constitución de 1993 y el fomento de las nacionalizaciones y estatizaciones, sobre todo en recursos naturales.

No obstante el superciclo de precios de los metales, sobre todo del cobre, en semejante escenario no se supo de nuevas inversiones significativas en minería, agroexportaciones, infraestructura y otros sectores. La inversión privada se detuvo, hubo una época de extrema volatilidad del dólar y fuga de capitales y la economía nacional se frenó en seco, a pesar de que el país era el segundo productor mundial de cobre, en momentos de precios inmejorables.

Las proyecciones de crecimiento se redujeron debajo del 3%. Y en ese contexto, el aumento general de pobreza regresaba como un fantasma del pasado a recordarnos que cuando en una democracia se vota mal –tal como sucedió con Castillo– de alguna manera la sociedad está obligada a pagar sus respectivas facturas.

Para entender la importancia del crecimiento y de la inversión privada en la reducción de pobreza vale señalar que en el país cada año se incorporan alrededor de 300,000 jóvenes como parte de la población económicamente activa. Asimismo vale subrayar que un punto de crecimiento del PBI genera cerca de 90,000 empleos. Bajo esas premisas es incuestionable que el país debe crecer por lo menos en 4% para seguir reduciendo la pobreza. De lo contrario, la lucha contra este flagelo se estanca y la pobreza aumenta, como viene sucediendo en el país.

El Gobierno de Castillo, de Perú Libre, del Movadef y de los núcleos bolivarianos ha dejado en claro una vez más que son verdaderos proyectos o fábricas para crear pobreza. La propuesta de la constituyente –que eliminaba cualquier predictibilidad para la inversión– las demagogias de nacionalizaciones y la demonización de la empresa privada por parte de las corrientes comunistas han sido muy eficientes en detener el crecimiento y aumentar la pobreza.

Para entender la tragedia que han desatado las izquierdas en el Perú vale recordar que durante las últimas tres décadas,la pobreza en el país se redujo del 60% de la población a 20%, antes de la pandemia. De ese total de pobreza reducida, según el Banco Mundial, el 80% es aporte de la inversión privada a través de la creación del empleo. En cualquier caso, nunca más los peruanos debemos permitir que los atilas anti-inversión privada, los creadores de pobreza, siquiera imaginen llegar nuevamente al poder.

  • 15 de mayo del 2023

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