El Estado que se ha construido en las últimas tres d&ea...
No obstante todos los relatos y las acusaciones que la izquierda radical desarrolla contra la minería moderna, los números dejan en claro la enorme contribución social y económica de este sector que, en medio de la crisis sanitaria que ha desplomado el PBI, es uno de los soportes de la economía peruana. En ese sentido, en un reciente foro organizado por el Ministerio de Energía y Minas para analizar el impacto del Convenio Marco en Espinar, entre la sociedad civil y la empresa minera, se precisó que el aporte total de la minería a esa localidad ha sido alrededor de S/ 1,495 millones.
Vamos a explicar muy bien los números y la historia de la contribución de la minería en Espinar. La primera contribución es a través de lo que se denomina Convenio Marco. En el año 2003 se firmó este Convenio Marco como una estrategia directa, ejecutando proyectos para el desarrollo de la provincia sin la intervención del Estado. En ese entonces la empresa concesionaria BHP Billiton tenía la concesión de Tintaya.
En el 2004 empiezan los primeros aportes a través de esta modalidad de apoyo a Espinar. Resulta que desde aquella fecha hasta el año 2020 –y ya con Glencore como titular de la operación– el aporte ha sido de S/ 420 millones de soles en proyectos de desarrollo. Se han hecho nada menos que más de 1,000 obras que han beneficiado a toda la provincia. El Convenio Marco no solo ha sido un éxito, sino además una experiencia como ninguna en el sector minero.
Otra contribución se realiza a través del canon minero. Así, solo para Espinar –desde el 2007 hasta el año pasado– se ha transferido más de S/ 752 millones en la referida partida. Y la tercera contribución son las regalías, que representan más de S/ 322 millones. En total, como dijimos líneas arriba, la contribución minera ha sido de más de S/ 1,495 millones.
Todo lo anterior explica entonces la enorme reducción de pobreza en Espinar. En el 2007 la pobreza en Espinar era alrededor de 65%, pasó a 25% en el 2013 y a 16% en el 2017. Es decir, nada menos que casi 50 puntos porcentuales de disminución. Hoy, sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que existe una clase media que ha emergido alrededor de las actividades vinculadas a la minería, con empresas comunales y privadas potentes, gracias al enorme aporte monetario de la minería.
No solo la izquierda ha pretendido minimizar el aporte de la minería, sino además ataca con el cuento de la contaminación, cuando una comisión multisectorial –encargada de evaluar los posibles daños en las comunidades originarias de Espinar, en el Cusco– ha demostrado, a través de un informe técnico y científico, lo que siempre se ha sabido: que existe una contaminación natural en las provincias altas de Cusco.
Como último dato de la gran contribución de la minería tenemos el siguiente: entre el 2004 y el 2020, la minería transfirió más de S/ 1,495 millones, en tanto que el Estado, a través del denominado Foncomún, solo dio en ese mismo periodo S/ 492 millones.
La izquierda radical –con el candidato Pedro Castillo– quiere nacionalizar y estatizar la minería en Espinar a pesar de los datos y a pesar de la impresionante reducción de pobreza. La ideología extremista puede mucho más.
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