Editorial Economía

Grandes proyectos cupríferos en espera

Mientras crece la demanda global y el precio del metal rojo

Grandes proyectos cupríferos en espera
  • 10 de abril del 2023

El cobre tendrá una creciente demanda mundial en el futuro. La transición energética hacia fuentes de energía sostenibles –como la solar y la eólica–, así como la gradual sustitución de vehículos de combustión interna por vehículos eléctricos, que requieren una mayor cantidad de metales, generarán una mayor demanda de cobre. Además, según Wood Mckenzie (la prestigiosa consultora minera inglesa), se espera que la economía global – algo así como el "Producto Bruto Globlal"– experimente un incremento significativo de alrededor de US$ 60,000 billones entre 2020 y 2040, superando el aumento de US$ 33,300 billones registrado durante el periodo del super-boom chino (2000-2020). Este crecimiento económico también impulsará fuertemente la demanda de cobre.

Sin embargo, el envejecimiento y agotamiento natural de las minas de cobre actuales resulta en una disminución de la producción anual de alrededor del 2%. Además, las crecientes demandas sociales en países mineros y la inestabilidad política y social en dichos países también afectan la disponibilidad de cobre en el mercado. Se estima que para 2040 habrá un déficit de oferta de 17 millones de toneladas de cobre, lo que equivale a más de US$ 270,000 millones en capital de inversión necesario. Aunque el aumento en el precio del cobre en el mediano y largo plazo representa una oportunidad para los países mineros y los inversionistas, atraer inversión se vuelve complicado debido a la inestabilidad política y social en muchos de los países mineros.

La mejor muestra de ello es nuestro propio país, actualmente el segundo mayor productor del metal rojo, en el que los principales proyectos cupríferos están detenidos por los conflictos sociales en torno a ellos. En 2011, por ejemplo, la construcción del proyecto minero Conga (en Cajamarca) fue paralizada a pesar de que la empresa concesionaria, Yanacocha, había cumplido con todos los requisitos legales y tenía un estudio de impacto ambiental aprobado desde un año antes. Sin embargo, los intereses políticos de Ollanta Humala y Nadine Heredia aparecieron; ellos utilizaron demagógicamente el cierre del proyecto para ganarse el favor de un sector de la población de Cajamarca. Esa decisión no solo cerró Conga, sino que también bloqueó una gran oportunidad de desarrollo económico para Cajamarca y todo el norte del país.

En Cajamarca existen seis grandes proyectos mineros cupríferos en lo que se conoce como el "cinturón de cobre del norte". La inversión total de estos seis proyectos asciende a más de US$ 16,200 millones, con proyectos como El Galeno con una inversión de US$ 3,500 millones, Conga con US$ 4,800 millones, La Granja con US$ 5,000 millones, Michiquillay con US$ 2,000 millones y Cañariaco Norte con US$ 1,500 millones. En términos de producción, si estos seis proyectos estuvieran operando a plena capacidad, producirían conjuntamente 1.5 millones de TMC anuales. Actualmente, Perú es el segundo productor mundial de cobre después de Chile, produciendo alrededor de 2.5 millones de TMC al año, a los que se podrían sumar esos 1.5 millones de TMC. La explotación conjunta de estas seis minas generaría utilidades por US$ 2,200 millones en las primeras dos décadas.

Otro gran proyecto cuprífero injustamente postergado es Tía María, concesionado a la empresa Southern Perú. Este proyecto representa una inversión masiva de US$ 2,000 millones y está llamado a ser uno de los principales impulsores de la economía en la región de Arequipa. Tía María tiene previsto producir alrededor de 120,000 TMC al año, generar más de S/ 300 millones en canon y regalías para el país, y crear más de 9,000 empleos en su área de influencia. El proyecto ha cumplido rigurosamente con todas las regulaciones establecidas por el Estado, incluyendo la obtención de la llamada "licencia social". Por lo tanto, no existen obstáculos para el inicio de la fase de construcción. Sin embargo, aún no se le da “luz verde”. 

A diferencia de la mayoría de los proyectos mineros en el sur del Perú, Tía María se encuentra en un desierto a nivel del mar, lo que impide los cuestionamientos usuales de los grupos antimineros sobre su ubicación en las llamadas "cabeceras de cuenca", a altitudes de más de 3,000 metros sobre el nivel del mar, o cerca de zonas agrícolas. Además, la mina está naturalmente confinada por rocas impermeables en su entorno. Southern Perú ha propuesto al Gobierno el cambio de una planta de desalinización, que formaba parte del proyecto original, con un costo de US$ 100 millones, por la construcción de la represa de Paltiture, con un costo mucho mayor. Según la propuesta original, la planta de desalinización proveería de agua potable tanto al proyecto como a las comunidades vecinas; sin embargo, la construcción de la represa de Paltiture tendría un impacto mucho mayor en la agricultura regional. Lamentablemente, algunos sectores de agricultores locales, del valle de Tambo, manipulados por agitadores antimineros, se oponen radicalmente al proyecto.

  • 10 de abril del 2023

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