En el Perú, hablar de conectividad es hablar de desigua...
Con la reciente implementación del banco de sangre en el Hospital Tito Villar Cabezas, por parte de la empresa minera GoldFields, la minería termina un año de solidaridad plena con la sociedad, el Estado y, sobre todo, los más pobres; un año de importantes aportes a la contención del avance de la pandemia del Covid-19. Una extraordinaria solidaridad en un año en que la recesión destruyó dos dígitos del PBI, aumentó la pobreza y organizó un escenario desfavorable para el futuro de la economía.
Es incuestionable, entonces, que la contribución de la minería moderna convirtió a Cajamarca en una de las regiones más preparadas para enfrentar a la Covid-19; no solo con equipamiento para los médicos y personal de salud, sino también con varias plantas de oxígeno que fueron entregadas por empresas mineras. La solidaridad de las empresas mineras para mejorar la atención de la salud, en todos los niveles y contra varias enfermedades, no se detiene. Como dijimos, GoldFields acaba de implementar un banco de sangre por un valor que asciende a los S/ 220,000 para la compra de una conservadora de bolsas de sangre, una congeladora de plasma, una centrífuga de inmunohematología, etc.
Pero allí no queda el tema. Hace pocos días Newmont entregó formalmente dos compresoras y 30 balones de oxígeno (de 50 litros cada uno) al Hospital Regional Docente de Cajamarca; equipos que se suman a la planta de oxígeno donada por esta empresa, y que servirán para la atención de la segunda ola de Covid en una región que ya tiene más de 55,000 casos de contagios. Para continuar con los detalles en otra provincia, Cajabamba, PanAmerican Silver entregó otra moderna planta de oxígeno, valorizada en US$ 300 000.
Desde este portal no nos cansaremos de repetir que el sector privado, y sobre todo la minería, se ha puesto al frente para detener la mortal pandemia. Allí donde el Estado es ineficiente y se paraliza con sobrerregulaciones, el empresariado ha asumido un rol protagónico en la lucha contra la pandemia. ¿Cómo entender que durante el 2020 el Gobierno Regional de Cajamarca solo haya gastado el 31% de los más de S/ 420 millones presupuestados en inversión de proyectos? Ahora es casi un hecho que para el 2021 la región tendrá casi la misma cantidad de dinero; sin embargo, la ejecución será igual de ineficiente.
Sin minería moderna es altamente probable que Cajamarca no hubiera tenido ni los recursos, ni los equipos o las plantas de oxígeno para enfrentar la pandemia. Sin embargo, hay peruanos de mala voluntad que pretenden liquidar la minería moderna para imponer el socialismo del siglo XXI. Al respecto, vale señalar que si se pusiera en ejecución el llamado “cinturón de cobre del norte” –que comprende los proyectos Conga, Galeno, La Granja y Michiquillay, entre otros– le podría agregar un millón de toneladas métricas de cobre a la producción nacional, con lo que esta crecería en dos dígitos, se reduciría la pobreza (por debajo del 10% de la población) y garantizaría a la región Cajamarca un ingreso per cápita similar al de los países desarrollados.
Por todas estas consideraciones, la conocida frase del mendigo sentado en el banco de oro puede aplicarse con toda propiedad a la región Cajamarca, porque algunos de sus distritos tienen la pobreza más extrema del país. Virtualmente Cajamarca es un mendigo sentado sobre un banco de cobre y oro. Triste y terrible a la vez.
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