Cecilia Bákula

¿Rasgarnos las vestiduras?

Por la diversidad de propuestas políticas y la pulverización del futuro voto

¿Rasgarnos las vestiduras?
Cecilia Bákula
15 de julio del 2024


Habiéndose cumplido el plazo que estableció la norma para el registro de agrupaciones políticas que intenten medirse en la arena electoral, nos hemos encontrado con un panorama que podría parecer insólito. Ya hay convocados, listas de intención, nombres que sobresalen, personalidades a las que extraña verlas nuevamente y que se sienten ya candidatos; hemos asistido a la inscripción de partidos ya conocidos, de algunos nuevos o emergentes, renovados y con el intento de lavarse la cara. Ante ello es evidente que ha habido una amplia campaña de búsqueda para incorporar a algunas personas que, a criterio de las dirigencias partidarias o de agrupaciones, sientan que van a poder convocar la preferencia del público elector y ha habido el “ronroneo” de quienes aspiraban a ser convocados a algún grupo. En la viña del Señor, hay de todo y en nuestro panorama político, podría haber aún más.

Lo cierto es que no hay que rasgarse las vestiduras. Es decir, no hay por que “elevar un grito al cielo” porque quienes se asustan o sobresaltan porque se dice que más de 20,000 personas han sido convocadas por los distintos grupos, quizá no se percatan que esa diversidad, disparidad y pulverización del futuro voto, lo vienen causando quienes hoy se admiran de esa misma proliferación.

No obstante, es interesante que un deseo de acción política se haya inoculado en la población y que haya cada vez más sectores que deseen comprometerse no por la vil ganancia ni el puro beneficio personal, sino que sea posible, ojalá, una discusión alturada, una confrontación de ideas y una voluntad de actuar en consenso, alejando las discrepancias para encontrar aquello que muchos de los que han logrado su inscripción, tienen en común.

Pero hay un detalle que no se menciona y es que la campaña electoral, propiamente dicha, no ha comenzado aún. Se ha cumplido con un procedimiento administrativo, de acuerdo a ley y ahora debe empezar a decantarse grupo a grupo, persona a persona hasta que se defina, en los próximos meses, el panorama al que realmente nos enfrentaremos. Ello podría también incluir tachas, renuncias, alianzas, cambios y por supuesto, la esperanza de que en los organismos asociados a las próximas elecciones, no se avale ni realice –como casi ha quedado demostrado– acciones fraudulentas que nos llevan ahora, a desear cambios en la cabeza de dichas entidades porque las autoridades actuales, que en mucho podríamos estimar como espúreas, no generan confianza ni dan la tranquilidad que se necesita respecto a un actuar del todo transparente.

Poco a poco se van perfilando actitudes y posturas y tenemos delante un año de arduo trabajo. Nno solo para quienes son parte ya de un grupo político determinado, sino también para los ciudadanos que no debemos dejar que temas aún de urgencia en la vida política del momento, se escondan bajo la bruma de una acción pre electoral que, como he señalado, no ha hecho más que ponerse en un lento partidor.

Si con todo derecho le pedimos a los aspirantes a un cargo público una serie de virtudes y condiciones, también los electores debemos empezar a conocer cuáles son las propuestas que hay detrás de cada voluntad tan mesiánica y caudillista. Son 30 agrupaciones que se jugarán todo por lograr un voto que, sin duda, será pulverizado en favor del menos competente, si es que no se hacen alianzas adecuadas y oportunas.

Será igualmente importante lograr conocer no solo los “idearios” sino las propuestas concretas para arribar a una oferta electoral que pueda mantenerse como una realidad, como una posibilidad efectiva para quien llegue al poder. He visto, por ejemplo, una mención casi unánime respecto a la corrupción;sin embargo, veo que hay algunos inscritos cuyo desempeño no los libra de esa tacha que si bien pudiera no hacerse efectiva a través de los organismos electorales, debe recibir sanción ciudadana.

Son muchos los problemas del país, muchos. Pero ésta es también una oportunidad para ser responsables con el poder del voto de cada uno y emitir, cuando sea el caso, un voto que pueda significar una esperanza de llegar a ser lo que merecemos: un gran país digno de su cultura milenaria, rescatando su identidad particular y trabajando para hacer del futuro no un sueño, sino el ejercicio natural de vivir a en prosperidad.

Cecilia Bákula
15 de julio del 2024

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