Dardo López-Dolz
¿Lomo fino a precio de chanfainita?
Cómo mejorar la calidad de nuestros congresistas, jueces y ministros
Peruanos de toda laya esperan y hasta exigen calidad de servicio sin la menor disposición de pagar el justiprecio del mismo. Salvo cuando se trata de diversión, pues allí el límite es solo la capacidad real de cada uno. Si continuamos reclamando lomo fino pero solo estamos dispuestos a pagar precio de chanfainita, no nos quejemos, el resultado seguirá empeorando.
Exigimos una mayor calidad profesional y moral de nuestros presidentes, congresistas, ministros, jueces, fiscales, militares y policías. Pero con frecuencia digna de mejor causa, la irracionalidad acicateada irresponsablemente por buena parte de la prensa exige pagar menos a aquellos a quienes exigimos ser mejores. Esa práctica es tan inteligente como pararse tarde a las salida del mercado de frutas, cuando solo queda lo ya machucado, para reclamar luego voz en cuello por la baja calidad del ripio conseguido.
Si queremos mejor calidad profesional y moral es imprescindible que dichas posiciones sean atractivas para nuestros mejores profesionales. Ellos, lógicamente, esperan que su conocimiento, habilidades y experiencia sean remuneradas adecuadamente, como sucedería en el sector privado. Espero que nadie salga con la cantaleta de que es un servicio a la nación (que ninguno de los que eso cacarean está dispuesto a brindar) o que el prestigio debiera ser suficiente, ya que las unidades de prestigio no pagan escuelas, médicos, seguros, hipotecas ni universidades.
Es cierto que eso solo no bastará para obtener mejor calidad promedio; claro está que se necesita mucho más, como dejar de desacreditar gratuitamente a todo el que postule a un cargo público o acepte una designación. Pero como explicaba Perez Lopez, primero hay que satisfacer las motivaciones extrínsecas si queremos dar lugar a la aparición de las motivaciones intrínsecas y trascendentes en aquellos a quienes encomendamos nuestro país.
El resultado de no hacerlo es un aluvión de inmorales en video y arribistas que ponen por encima el “suplemento” de la coima, hasta en forma de reloj.
Si pagas por chanfainita, no llores porque no te tocó lomo.
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