Ángel Delgado Silva
Las investigaciones al jefe de Estado
El papel del Ministerio Público y el Congreso
En tanto crece y se documentan las denuncias en contra de Vizcarra, saber a que nos pueden llevar cobra la máxima importancia. En efecto, si la investigación no avanza en términos procesales adecuados y eficientes, simplemente no prosperará y, entonces, triunfará la impunidad.
El intento presidencial de adelantar la fecha para concurrir al Congreso demuestra que este no es el espacio donde se resolverá el tema. A sabiendas de que carecen de los votos suficientes para vacarlo, Vizcarra demuestra confianza y soberbia. Más aún, a pesar de las denuncias en su contra, ensaya fortalecerse a costa de vilipendiar a un parlamento maniatado e impotente. Por eso, insistir en el camino congresal no es la ruta adecuada para las investigaciones y el develamiento de la verdad.
Resulta penoso escuchar a los voceros parlamentarios dando explicaciones inútiles y hasta ridículas. Sin misterio, toda solemnidad desaparece y la comparecencia del lunes próximo no pasará de un ritual deslucido y con un final anunciado, ajeno a toda sorpresa. Perderemos tiempo, porque ni siquiera Vizcarra presentará las explicaciones correspondientes. No estamos ante una interpelación en base a un pliego de preguntas, como algunos congresistas desubicados han dicho. Se repetirá la misma monserga pues, entre bostezos, el abogado sostendrá que el Congreso no puede vacar si media una investigación en marcha.
Esta terca vocación al suicidio de la representación nacional tiene que ser abandonada definitivamente. Todos sabemos que los delitos de los que se acusa a Vizcarra han surgido de las indagaciones fiscales, no en la sede parlamentaria. Por ello, el Congreso tiene que apuntar al Ministerio Público y aquello que viene sucediendo en él. Todo su celo debe concentrarse en garantizar el curso independiente de la investigación. Y que por ningún motivo se tuerza su dirección. O más grave, que se distorsionen las pruebas permitiendo que los culpables no sean procesados ni sancionados.
¡Para eso necesitamos al Congreso! Papelones erráticos, como esta vacancia sin destino, menoscaban su autoridad. No es la grita destemplada la que investiga y permite descubrir la verdad, sino la contundencia de los medios probatorios, obtenidos de una investigación en regla. ¡A cuidar, pues, sus conclusiones, y bloquear toda interferencia extraña!
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