Carlos Hamann
Keiko Fujimori, Fuerza Popular y la Democracia
Un partido serio y con credenciales democráticas
Así como no acepto los insultos y acusaciones infundadas que se profirieron durante la campaña contra Keiko Fujimori y su equipo, y que merecen —ahora como entonces— un pedido de disculpas por parte de quienes los profirieron o los avalaron, no acepto que se pretenda seguir acusando a Keiko Fujimori y Fuerza Popular de conductas antidemocráticas. Keiko Fujimori ha aceptado los resultados de la ONPE, aun cuando quedan por definirse muchas actas impugnadas y el número de votos que separa a los candidatos es muy corto. Y lo ha hecho antes del pronunciamiento sobre dichas actas por parte de la entidad encargada de definir la dirimencia, el Jurado Nacional de Elecciones. Eso, es ser demócrata. Como lo es competir en todos los procesos electorales y formar un partido político de alcance nacional.
En efecto, Keiko Fujimori postuló al Congreso de la República y obtuvo la más alta votación congresal en el proceso electoral de 2006. Ya con Fuerza Popular, postuló a la Presidencia de la República en 2011, perdiendo ajustadamente en la segunda vuelta contra el entonces candidato Ollanta Humala, logrando que Fuerza Popular coloque 36 congresistas. De estos, solo uno, el pastor Rosas (hoy reelecto al Congreso por Peruanos por el Kambio), no concluyó en la bancada de Fuerza Popular el periodo legislativo 2011 - 2016. Nadie que se tome un breve tiempo para recordar, podrá alzar la voz para indicar que la actuación de la bancada de Fuerza Popular fue irresponsable o fuera de los parámetros de la democracia. Todo lo contrario.
Con el mismo talante democrático, Fuerza Popular participó en las últimas elecciones regionales y municipales, en 2014, y con la votación del pueblo ha alcanzado ser Gobierno Regional en Ica, Pasco y San Martín, además de encabezar varios municipios provinciales y distritales. Estas, son credenciales democráticas que el día de hoy ningún otro partido político o combi electoral puede exhibir. Hoy, con 73 congresistas electos para el periodo 2016-2021, la responsabilidad democrática de Fuerza Popular y su líder Keiko Fujimori para con sus votantes y para con el país es encauzar cada uno de sus votos en el Congreso para que el Plan Perú de Fuerza Popular —por el que ellos votaron— se pueda hacer realidad a través de los cambios normativos que se proponen.
Ha casi terminado el proceso electoral y, sin embargo, desde las trincheras del candidato elegido —esas que hoy alternan sus aliados originales con los circunstanciales de las últimas semanas, los que sin ser muchos fueron suficientes para auparlo al estrecho triunfo electoral, como hubieran hecho con cualquiera que se hallase en la circunstancia de disputar con quienes amenazan sus intereses— se insiste en motejar de antidemocráticos a los militantes de Fuerza Popular, y a sus representantes y dirigentes.
Se insiste en que la victoria electoral por estrecho margen es triunfo de la democracia, sin pensar que el verdadero triunfo de la democracia es aceptar los resultados y responder a quienes confiaron en tu propuesta: la mitad de los peruanos, en el caso de Keiko Fujimori. Si los resultados hubieran sido favorables a Fuerza Popular por margen igual de estrecho, no pocos estarían llamando a marchar y gritar fraude, diciendo que eso es defender la democracia.
Negarle credenciales democráticas a Fuerza Popular y a Keiko Fujimori es faltar irresponsablemente a la verdad, y además revela poca predisposición a detenerse a observar y reflexionar. La democracia no es propiedad del antifujimorismo.
Carlos Hamann
Integrante desde 2014 del equipo del Plan de Gobierno “Plan Perú” y los equipos técnicos de Fuerza Popular.
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