Gabriel Boric

Diez años después de liderar protestas estudiantiles, Gabriel Boric se convierte en el presidente más joven de la historia de Chile, derrotando con el 55,87% de los votos al rival de derecha José Antonio Kast en la segunda vuelta presidencial. Coronando así el ascenso de la izquierda radical en el continente sudamericano.

Gabriel Boric, de 35 años, insertará a Chile en el bloque del socialismo del siglo XXI de América Latina, el cual es cada vez más amplio. Bloque integrado por Nicolás Maduro, Evo Morales, Cristina Fernández de Kirchner, Andrés Manuel López Obrador, Daniel Ortega y Pedro Castillo, entre otros.

Habiendo declarado, con anterioridad a su candidatura, que no pensaba ser candidato presidencial por falta de experiencia laboral –más allá de ser un agitador social–, el ahora candidato de izquierda será el presidente izquierdista más radical desde Salvador Allende. Retrotrayendo a Chile a 1970, década caracterizada por crisis económicas producto de las políticas socialistas de Salvador Allende, las cuales han pasado a ser olvidadas convenientemente por la historia y recordadas hoy por pocos. El ex estudiante de derecho está comprometido con la lucha contra el modelo económico neoliberal de Chile, y con la redacción de una nueva constitución. “Si Chile fue la cuna del neoliberalismo, también será su tumba”, dijo Boric cuando ganó la candidatura.

A pesar de haber estudiado derecho, nunca pudo titularse como abogado. Así mismo, el nuevo presidente de Chile padece de problemas psiquiátricos, habiéndo sido internado en el 2018 por sufrir trastornos obsesivos compulsivos, además de haber sido denunciado por acoso a mujeres.

Proveniente de una familia adinerada, siendo su padre un empresario vinculado con el Estado e involucrado en el tráfico de terrenos en Punta Arenas, Boric encaja perfectamente en la figura del caviar. Como buen caviar, se le ha visto revindicando el terrorismo del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, posando con un polo con la imagen del asesinado constituticonalista chileno Jaime Guzman con un tiro en la cabeza, en manos del grupo terrorista en 1991.

El triunfo de Boric representa el fracaso de la burguesía mercantilista y tecnócrata de centro-derecha que sostiene una visión economicista de la política, la cual ha demostrado ser falsa y retrógrada. Han sido esta centro-derecha y sus panegiristas quienes han hundido al continente Latinoamericano en el fango izquierdista, del cual es extremadamente difícil salir.