Carlos Rivera
Carta a un periodista del futuro
Sobre el libro “Falso negativo” (2021) de Lino Manuel Mamani
Estimado joven:
El verdadero amauta del periodismo peruano, César Lévano, nos dejó un sano consejo a toda persona que quiere empezar en este oficio: “Les recomiendo que no olviden que el periodismo es también cultura. Que no pueden ser ajenos a la lectura, al teatro, a la gran música popular o llamada culta; a las artes en general. Es una invocación y un consejo”
No empiezo con esta cita de Lévano por alguna pretensión de vanidad expositiva –y quiera este otro periodista darle lecciones al autor de este libro que sabe de sobra los secretos de esta profesión– sino, porque precisamente, quiero compartirles la zurda mano de un amigo que escribe con ojos de halcón e intuición de combatiente sorteando la adversidad. No creo en el periodismo moderno de formatos burdos, cortos y de miserables párrafos en los que han caído por culpa de los dueños del negocio o alguna forma inculta del pobre esfuerzo por no darle vigor a la noticia.
Creo que la palabra puede reflejar la verdad, tratar de construir un mundo más humano desde el artículo, la noticia, la crónica o el reportaje, pero dichas con esmero de calidad y contenido que trastoque el punto de vista de los lectores y los haga pensar y no los mal eduque o los aburra. Y para no aburrir el periodista desde luego no solo debe ser rehén del cierre de edición o del número de ventas o de la tendenciosa voluntad de algunos directivos que no saben de estas cosas sino también apostar por otros insumos que ayuden al hombre de prensa a clarificar una crónica o reportaje desde una construcción que le otorgue la piel de sus agitaciones, el corazón de sus pasiones y las exigencias de la veracidad en lo que uno escribe. Sin curiosidad y pasión no hay periodismo.
Supe de Lino desde sus escritos en el diario El Pueblo con sus acostumbradas notas tituladas “Historias del Tuturutu”. En ellas desde luego se revelaban la juventud y la fortaleza de un valor del periodismo, atento, audaz, siempre con el dato que conmueva o revele. Lino nos cuenta en una amena nota un poco de este nacimiento. Aunque suene cacofónico, que hablen sus palabras:
El día de mi descanso fui a la plaza para buscar algún tema. Un amigo, Jorge Turpo, apareció y notando mi preocupación, preguntó: ¿Qué te pasa chibolo? Luego de explicarle mi drama miró hacia la pileta y propuso:
–Por qué no haces de la Plaza. Cuenta la historia de la Plaza a través de la gente que los rodea. Habla con los fotógrafos, los lustrabotas, las tías que venden alpiste para las palomas. Habla de la pileta del Tuturutu, recuerda que la plaza es el corazón de Arequipa.
Así fueron pasando los años y Lino iba creciendo en fortuna…de historias. Pasó por tres importantes diarios de Arequipa hasta ser editor de Los Andes. Este libro sintetiza esa trayectoria, ese peregrinar de la vida periodística al que lleva el incierto destino aprendiendo de las canciones de Bob Dylan y darles a las historias un poco de poesía musical. Seguir luchando con la fuerza y el coraje por la vida.
Lino con Falso Negativo muestra su talla de reportero: perspicaz observador del dolor y las historias de angustia que ha tenido que esquivar en plena pandemia. El ojo del periodista que tiene que tragarse las lágrimas para poder cumplir con su trabajo y presentarnos el banquete noticioso en tiempo real. No es fácil porque el periodista también es un ser humano que sangra y le duelen los golpes.
Su pluma tiene auxilios de viejos maestros de la crónica como Julio Villanueva Chang, Jon Lee Anderson o Alma Guillermo Prieto por mencionar algunos y que Lino ha seguido con esmero para lograr eficacia en sus perfiles y reportajes. Además, ha moldeado un estilo literario que no trastoca el género del periodismo sino que le da imágenes y sensaciones más profundas. Música y literatura son esos insumos –culturales y artísticos– que reclamaba el maestro Lévano y que Lino ha sabido cumplir con aplicación de alumno dedicado.
Amigo o amiga periodista del futuro, aquí comparto este libro que es testimonio de un reportero de cuando pasamos aquellas 5 olas de esta brutal pandemia que azotó a la humanidad desde el 2020 y acabó en el 2025 y se llevó diez millones de vidas. Este joven periodista reveló cada una de estas historias desde esta tierra de eterno cielo azul y tradición picantera armado de una libreta, un celular, un fotógrafo, doble tapaboca, y esas ganas inmensas por dejar un mensaje para su generación. Abra este libro y esté listo para las nuevas batallas con el ejemplar alegato de este buen periodista que lo tengo a mi lado derecha rodeado de colegas esta mañana de un martes 17 de agosto del 2021 donde presentamos su obra y uno ya no sueña con ganarse la tinka, sino con las dos dosis de vacuna.
*Texto leído en la presentación del libro Falso negativo. Rostros y rastros de una pandemia (Quimera, 2021).
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