Jorge Varela
Algo ocurrió en Chile
Un tsunami de votos sepultó a la propuesta constitucional

Ahora que los ciudadanos chilenos se han pronunciado, América Latina y el mundo continuarán prestos a observar atentamente el desarrollo de una nueva serie de capítulos correspondientes al proyecto y experimento neomarxista. Un proyecto que introdujo su aguijón en la cabeza de una joven generación inexperta, que ha crecido bebiendo las delicias e impurezas neoliberales de la vida, repudiando al sistema que las ha engendrado, aunque sus integrantes estén muy lejos de padecer penas y dolores. La pregunta es: ¿qué hará el gobierno de esta izquierda joven, radical y arrogante con las esquirlas de un poder que comienza a serle esquivo y huidizo?
El mensaje de la gente fue inequívoco: no a un proyecto torcido, sí a una Constitución unitaria, sensata, que una a todos y siente los pilares de una democracia solidaria y libertaria, que garantice dignidad y justicia. En un mandato como el descrito, ¿estará dispuesto el oficialismo derrotado a abandonar definitivamente sus afanes hegemónicos? ¿Cuáles serán sus próximas opciones?
El veredicto ha sido macizo y claro
El pueblo soberano derrotó de manera contundente la propuesta de Constitución elaborada bajo la influencia desquiciada de un grupo mayoritario de convencionales dispuestos a imponer contra viento y marea su versión dogmática de sociedad.
Como es sabido, durante meses los chilenos fueron testigos del comportamiento enajenado y delirante de algunos dirigentes políticos y sociales que se sintieron con la facultad de arrasar los fundamentos básicos de la convivencia pacífica y de la democracia con participación libertaria. Para lograr su maléfico objetivo recurrieron a todo, contando con el aval nefasto de determinados académicos que –en su afán de titularse de próceres de un supuesto modelo igualitario y pasar a las páginas de una naciente historia posmoderna–, se olvidaron de que un país también puede morir de odio y ser cercenado por la violencia.
Ahora que el resultado ya es definitivo, ¿tendrán estos personajes la dignidad y valentía para reconocer su tremenda irresponsabilidad?
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