La comisión de Constitución del Congreso de la R...
En este portal hemos señalado que la ira nacional por la falta de una política de Estado que contenga la ola criminal es legítima. En ese sentido, las últimas protestas en contra de esta situación tienen un alto contenido ciudadano y democrático. Igualmente hemos señalado que las izquierdas progresistas, neocomunistas y colectivistas pretenden manipular estas protestas para desencadenar el adelanto de elecciones, un objetivo que persiguen infructuosamente desde el golpe fallido de Pedro Castillo.
En este contexto, algunos dirigentes de los transportistas y de ciertos sectores anuncian que desarrollarán un paro los días 13,14 y 15 de noviembre; es decir, en los días centrales del desarrollo de la Cumbre Mundial del Foro de la APEC en Lima. Por ejemplo, Miguel Palomino, presidente de una autoproclamada Asociación Nacional de Conductores, ha anunciado que “van a decirle al mundo entero que estamos viviendo una inseguridad ciudadana. Nos están matando. ¿Cómo van a venir empresarios internacionales a invertir?”. El dirigente de los transportistas anunciaba, pues, un posible paro de 72 horas para los días centrales de la reunión mundial de la APEC.
Si nos preguntamos quiénes pretenderían boicotear APEC en el Perú la primera respuesta tendría que ser los enemigos de la patria. No hay otra. Una cosa es luchar contra los yerros del Ejecutivo, del Congreso y de otras entidades en el tema de seguridad ciudadana, otra bien diferente es querer derribar la economía peruana, los tratados internacionales de más de tres décadas y las más importantes relaciones comerciales del país, con el objeto de precipitar la caída del gobierno de Dina Boluarte y el adelanto general de elecciones.
Si no hay posibilidades de distinguir entre los intereses del Perú, las políticas de Estado y el futuro de nuestra sociedad de la lucha política en contra de un gobierno, entonces, estamos frente a las mismas fuerzas antisistema que pretendieron quebrar el Estado de derecho y convocar una constituyente luego del golpe fallido de Pedro Castillo. El dirigente Miguel Palomino pretende boicotear la APEC para precipitar la caída de Boluarte, pero se convierte en un enemigo abierto del Perú.
¿Alarmismo? ¿Una sobrerreacción derechista? De ninguna manera. Es necesario recordar que el Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC), creado en noviembre de 1989, está integrado por 21 economías de la región del Asia - Pacifico, el área más dinámica del planeta en términos económicos y sociales. Las 21 economías de APEC suman el 62% del PBI mundial, alrededor del 50% del comercio mundial y el 38% de la población del planeta.
Asimismo, vale subrayar que APEC cumple un papel decisivo en el desarrollo y el comercio internacional del Perú. Por ejemplo, entre 2020 y 2022 el comercio internacional de nuestro país con las economías de APEC creció 10.6% en promedio anual. Las cifras son abrumadoras con respecto a los beneficios de nuestro país en el intercambio comercial con los países de APEC. En el 2022 APEC sumó más del 66% del comercio exterior del Perú con el mundo, con exportaciones de más de US$ 42,500 millones.
¿Cómo entonces se puede entender la voluntad de boicotear la Cumbre Mundial de APEC? ¿De qué manera la estrategia del boicot de APEC contribuye a la lucha contra la criminalidad en el país? Es evidente que estamos ante un pretexto que utilizan quienes pretenden adelantar las elecciones o instalar una asamblea constituyente para quebrar el Estado de derecho y redactar una constitución anticapitalista. Únicamente desde esos puntos de vista se puede entender la intención del boicot a APEC, porque es una apuesta no solo para adelantar las elecciones, sino para también destruir el comercio internacional del país.
Por todas estas consideraciones, quienes protestan legítimamente en contra de la falta de una política de Estado para enfrentar la ola criminal deberían anunciar una tregua nacional para garantizar el éxito de la Cumbre Mundial de la APEC. Si hay buena voluntad, después de la reunión mundial las protestas ciudadanas se desarrollarán con más legitimidad.
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