Desde las reformas económicas de los noventa, la Consti...
El recientemente ratificado ministro de Educación, Rosendo Serna, ha reiterado que –después de dos años de educación virtual– la fecha oficial de reinicio de las clases presenciales escolares es el lunes 28 de marzo. Para ello, señaló que a cada institución educativa se le dará autonomía para resolver los problemas que este reinicio conlleva, pues cada una tiene “una realidad concreta y específica, a la que tiene que responder de la mejor manera”. Y aunque en la zonas rurales no parece haber mayores obstáculos (incluso hay zonas en las que ya se iniciaron las clases semipresenciales el año pasado) en las zonas urbanas sí existen grandes dificultades.
“Nuestra mayor preocupación es por las zonas urbanas, donde la atención escolar ha subido por la migración de estudiantes de las instituciones privadas a públicas”, explicó el ministro cuando fue preguntado al respecto. Como se sabe la crisis económica –generada como consecuencia de la pandemia, las radicales medidas restrictivas del Gobierno y los errores y escándalos del Gobierno actual– ha reducido los presupuestos de muchas familias peruanas que tenían a sus hijos estudiando en escuelas privadas, y las ha obligado a trasladarlos a escuelas públicas.
Según un informe de Comex de finales del año 2020, en ese año la matrícula en instituciones educativas privadas disminuyó considerablemente con respecto al 2019: pasó de 2 millones a 1.7 millones de estudiantes en los tres niveles de la EBR (Educación Básica Regular). Esas cifras han sido confirmadas por el Ministerio de Educación (Minedu) que ha reportado que en 2020 se trasladaron 337,870 estudiantes de instituciones educativas privadas a públicas. El desagregado de esa cifra es el siguiente: 183,536 estudiantes en primaria, 92,700 estudiantes en secundaria y 61,634 estudiantes en inicial. Y para el presente año esas cifras deben haber aumentado significativamente.
La gran pregunta que surge, entonces, es ¿cómo la escuela pública va absorber los 337, 870 alumnos si se ha informado que el 70% de los colegios estatales tienen problemas de infraestructura? ¿Acaso en el Ministerio de Educación (MINEDU) no se entiende que los problemas de infraestructura (agua potable y desagüe) se convierten en asuntos capitales en emergencias sanitarias?
Aquí nos permitimos proponer que el Ejecutivo, el Estado, la sociedad y el sector privado, estudien un programa de becas y subsidios temporales para las familias con objeto de mantener a los alumnos en los colegios privados. Al Estado le va a salir mil veces más barata una política de esta naturaleza porque se aplicaría subsidios focalizados y se evitaría el hacinamiento de los alumnos de las escuelas públicas. Además, todo debería tener un carácter temporal. Estas políticas tienen que ver mas con la reactivación que los bonos que pretende regalar el Ministerio de Economía y Finanzas.
En cualquier caso, el análisis de esta situación nos permite observar el gigantesco aporte de la escuela privada al proceso educativo y descartar todos los mitos y leyendas que han organizado las izquierdas contra la inversión privada en el sector. De acuerdo al informe “Estudio de contribución económica de la educación privada en el Perú” de Apoyo Consultoría, sin la contribución del sector privado el Estado estaría obligado a incrementar en S/. 20,000 millones el presupuesto en educación. El sector privado representa el 60% del PBI educativo y contrata a más de 228 mil docentes. Para resumir las cosas atienden un tercio de la matrícula en la educación básica y dos tercios en la superior.
Según el mencionado informe de Apoyo Consultoría, el 73% de estudiantes de escuelas privadas corresponde a los sectores económicos C, D y E: 45% al C, 22% al D y 5% al E.
Algo más. En la última prueba Pisa los colegios privados de educación básica alcanzaron los puntajes más altos de la prueba en América Latina.
No se suele destacar el gran aporte del sector privado a la educación en el Perú. Gracias a que dos tercios de los estudiantes universitarios están en instituciones privadas, el Estado ha podido dividir el presupuesto de este sector entre mucho menos estudiantes, lo que explica las notorias mejoras en las universidades estatales, hoy mucho más ordenadas y equipadas que hace 20 años. Algo similar sucede con la Educación Básica Regular, al punto que el paso de esos más de 300,000 estudiantes del sector privado al público (debido a la crisis económica) ha hecho peligrar el tan ansiado retorno a clases presenciales.
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