Desde las reformas económicas de los noventa, la Consti...
El gobierno retoma el camino de la reforma en la Educación pública
Con la venia de nuestro columnista Martín Santivañez, vamos intitular este artículo con el título uno de sus escritos, un título que nos permitiría definir la esencia de la reforma educativa que necesita el Perú. Pero también es una manera de parafrasear el viejo lema Salvo el poder todo es ilusión, con que los maoístas tomaron el control de las universidades nacionales, particularmente, las facultades de educación, para luego someter el magisterio y hundir a la educación peruana en una de sus más largas noches.
El radicalismo marxista ahogó la meritocracia en la educación. Con el control de los tercios estudiantiles se nombraron a los profesores por criterios ideológicos, al margen de sus capacidades y, más tarde, se manipuló el magisterio y la escuela pública. El Sutep se convirtió en la muralla contra cualquier reforma meritocrática en el colegio público y los sucesivos resultados en las pruebas Pisa nos demostraron la profundidad de las desgracias de la educación nacional.
Felizmente en el gobierno anterior, de una u otra manera, se comenzó a quebrar la dictadura sindical del Sutep y empezaron las evaluaciones y promociones de los profesores. El proceso se interrumpió con la anterior ministra Salas, pero el actual titular del sector, Jaime Saavedra, ha convertido la meritocracia docente en uno de los ejes centrales de su propuesta de cambio educativo.
Retomando el espíritu de la reforma de la carrera docente anterior, las normas actuales convierten las evaluaciones y promociones de profesores en obligatorias. Antes eran alternativas opcionales. Se ha producido la evaluación de 130 mil maestros, de los cuales ascendieron un total de 25 mil. Para este verano se anuncia un nuevo concurso en el cual deben ascender otros 25 mil. Todo lo cual sumaría 50 mil maestros ascendidos de un total de alrededor 300 mil profesores a nivel nacional.
Si bien ante la magnitud de la crisis parece una cantidad insuficiente, representa un enorme salto considerando que antes la dictadura sindical bloqueaba cualquier iniciativa en ese sentido.
Pero las cosas no quedan en simples promociones. Los profesores que ascienden en las pruebas de evaluaciones son premiados con el incremento de un 40% en sus salarios. Pero una de las cosas más impresionantes de la obligatoriedad de las evaluaciones es que todos los maestros del Perú se han puesto a estudiar.
Ahora en las horas de recreo o descanso se suele ver a profesores leyendo textos para los exámenes porque existe el aliciente del ascenso, pero si se reprueba tres veces, simplemente, se abandona la carrera docente. Quizá es demasiada complacencia, pero la meritocracia no se impone sino que, a todas luces, se trata de una construcción institucional.
El fomento de la meritocracia también promueve la competencia entre las escuelas. En cada departamento se realizan concursos de rendimientos escolar entre los centros rurales y urbanos por separado. A la escuela ganadora se le otorga un bono de reconocimiento con enorme impacto en la calidad del centro educativo. Es decir, el mejor es premiado.
Asimismo, se van abrir plazas para nombrar docentes de altas calificaciones y, obviamente, con mejores remuneraciones. Pero eso no es todo. Ya se ha anunciado la beca Vocación de Maestro para los mejores alumnos de los colegios. Los becados podrán estudiar en universidades como la de Piura, Cayetano, Unifev, UPC,
Es decir, estas medidas nos indican que, de súbito, el estado y las autoridades del sector comienzan a reaccionar con gran impulso contra el statu quo docente que condenaba, sobre todo a los más pobres, a una educación que perpetuaba la pobreza heredada. Es como si al lema maoísta disgregador de ayer se le opusiera el reconfortante Salvo la meritocracia, todo es ilusión.
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