Desde las reformas económicas de los noventa, la Consti...
Ana Jara ratifica aumento presupuestal para la educación
El presidente Ollanta Humala viene aprovechado todo acto público al que concurre para reiterar la decisión de su gobierno de aumentar el presupuesto del sector Educación en 0.5% del Producto Bruto Interno (PBI) cada año, hasta que llegue a ser el 6% del PBI. En teoría, es una decisión encomiable, pero en la práctica es un anuncio efectista e intrascendente si no va acompañado de un cambio radical de la gestión educativa. Metafóricamente, es algo así como regalarle un bife a alguien sin dentadura. ¿Cómo se lo come?
Durante su presentación ante el Congreso la jefe del Gabinete Ministerial, Ana Jara, ha precisado que el incremento presupuestal será de 4,000 millones de soles. De ese total 2,000 millones serán para mejorar la infraestructura educativa y 1,000 millones para pagar bonificaciones y las nuevas remuneraciones que serán definidas después de la evaluación docente programada para finales de este año. El problema es que el gobierno no ha dicho qué hará para garantizar que ese gasto se ejecute bien, pues en los años anteriores se gastó pésimamente.
En el período 2012-2013, el Ministerio de Educación revirtió al Tesoro Público unos 4,500 millones de soles porque fue incapaz de gastarlos. Devolvió, por ejemplo, el 80% de los 1,300 millones que se destinó para la educación intercultural bilingüe.
El principal problema de nuestra educación pública, como lo ha señalado el experto en el tema Idel Vexler, ya no es la falta de presupuesto, sino de una gestión eficiente de esos recursos. El mayor reto que enfrenta el ministro de Educación, Jaime Saavedra, para poder alcanzar las metas que se ha propuesto, es superar los tres primeros años del gobierno nacionalista, en los que no solamente no se avanzó sino que además se retrocedió.
La gestión educativa de este gobierno ha sido ineficiente en lo administrativo, lo presupuestal y lo pedagógico, según todos los especialistas. Esta mala performance no garantiza que el aumento de presupuesto anunciado por el presidente Humala vaya a ser ejecutado con eficiencia o siquiera regularmente, a menos que el ministro Saavedra reforme su sector, algo que hace tiempo los peruanos estamos esperando.
En esos tres años el gobierno nacionalista dejó de lado todo lo bueno que se hizo antes por revanchismo o prejuicios políticos. En lugar de continuar lo positivo, la ex ministra Patricia Salas pactó con el SUTEP y paralizó la reforma de la carrera magisterial, las capacitaciones y evaluaciones de desempeño docente, los concursos de directores, los colegios de alto rendimiento, la jornada escolar completa, el plan lector, la restauración del curso de educación física y deportes, el inglés obligatorio, etc.
El ministro Saavedra ha decidido rescatar todos esos proyectos para recuperar el tiempo perdido, y el presidente Humala parece dispuesto a apoyarlo, pues hace poco anunció con entusiasmo el regreso de la jornada escolar completa, que el anterior gobierno ya había comenzado, a nivel experimental, en diez colegios emblemáticos, con horario corrido hasta las 3.30 pm.
Saludamos la rectificación iniciada por el ministro Saavedra y coincidimos con el doctor Vexler en que el mayor problema es la mala gestión de la educación pública, por ello creemos que se debe centrar los mayores esfuerzos en esa dirección. Esperamos que el presidente Humala también lo entienda, y que se comprenda el enorme papel que puede jugar el sector privado en la reforma del sistema educativo.
El presidente cree que la solución es más presupuesto estatal, pero resulta que el Estado maneja hoy menos del 50% de la educación y que el sector privado invierte cada año un monto igual al del gobierno. Es decir en el Perú ya se está invirtiendo el 6% del PBI en la educación. La diferencia está en que el gasto público es ineficiente y el privado es productivo, tal como lo prueban las evaluaciones de aprendizaje en las escuelas estatales y privadas.
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