Desde las reformas económicas de los noventa, la Consti...
Durante una reciente presentación ante el Congreso de la República, el ministro de Educación, Óscar Becerra, afirmó que la educación pública en el país quedó “en completo abandono” al finalizar el Gobierno del expresidente Pedro Castillo, y que el déficit en infraestructura en este sector asciende a S/ 152,000 millones. El titular del Ministerio de Educación (Minedu) añadió que para solucionar –aunque sea en parte– este problema, el Gobierno está elaborando un proyecto de ley que le permita intervenir directamente en 1,041 locales que requieren urgentes reparaciones. Además, el Minedu está recolectando y actualizando la información acerca de las condiciones de infraestructura de todas las instituciones educativas públicas.
A todo ello hay que sumar la demanda de nuevos espacios físicos, ya que se produjo un traslado significativo de estudiantes de colegios privados a colegios públicos, debido a la crisis económica causada por la pandemia, la crisis política y los desastres naturales. Por eso es evidente que se necesitan acciones mucho más efectivas y comprometidas para solucionar el grave problema del déficit de infraestructura educativa en el Perú. Actualmente, la situación es sumamente preocupante, con solo el 9% de los 54,800 colegios existentes en el país en buen estado, mientras que el 76% requiere algún tipo de reforzamiento estructural, según señaló Rudolf Giese, decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Ciencias y Artes de América Latina. Además, el 60% de los colegios públicos peruanos carece de algún servicio básico, lo que hace que los estudiantes hayan regresado a clases presenciales o semipresenciales en instituciones que no están aptas para ello.
Para reducir esta brecha de infraestructura, el Minedu está utilizando diversas herramientas, como el Programa Nacional de Infraestructura Educativa (Pronied), las Asociaciones Público-Privadas (APP) y las Obras por Impuesto (OxI). De estas alternativas, la que revela una enorme potencialidad es el sistema de Obras por Impuestos, siendo el Minedu la entidad pública con mayor cantidad de proyectos y montos de inversión comprometidos a través de este mecanismo, que busca aprovechar la eficiencia del sector privado para financiar y ejecutar proyectos de infraestructura educativa pública.
Además de los problemas de infraestructura, el Minedu se ha propuesto recuperar la pérdida de años de aprendizaje. Según estudios recientes uno de cada cuatro estudiantes de nivel primaria, y cuatro de cada 10 estudiantes de nivel secundaria no alcanzaron los aprendizajes esperados a fines del año 2022. A su vez, de 149,000 estudiantes que abandonaron los estudios escolares en 2020, solo el 38.7% (57,584) estaba matriculado al final del año 2022.
Pero si el objetivo del Estado es ayudar a los sectores más pobres de la sociedad, debería considerar la posibilidad de subsidiar la demanda (es decir, a los padres de familia y alumnos) además de la oferta de los centros educativos. Si los sectores más pudientes pagan la educación de sus hijos de acuerdo a sus posibilidades, es evidente que el Estado podría enfocar sus recursos en los más necesitados y así contar con más recursos para redistribuir entre ellos. Para lograr esto, el Estado podría aplicar un sistema de vouchers educativos para las familias, profundizando programas como Beca 18, que permitan a los alumnos y familias más pobres elegir el centro educativo particular que prefieran.
Una política de este tipo podría crear un sistema de oportunidades sin precedentes en el ámbito educativo. Es importante que exista una pluralidad de ofertas educativas; es decir, que los centros estatales, privados, asociativos y comunales compitan entre sí en términos de calidad para atraer a los alumnos y recibir el financiamiento de los vouchers. Solo así se podría garantizar una oferta educativa de calidad y una competencia sana entre los diferentes actores del sistema.
COMENTARIOS