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¿Alguien se puede imaginar que existen profesores que pretenden bloquear el inicio del año escolar, sobre todo en las regiones de más pobreza? Parece imposible. Sin embargo, los profesores afiliados al Frente Nacional de Trabajadores de la Educación del Perú (Fenatep), de orientación maoísta y vinculados al Movadef, han anunciado que boicotearán el inicio del año escolar, en medio del fracaso de las oleadas insurreccionales contra la Constitución y el Estado de derecho.
Ante esta situación el ministro de Educación, Óscar Becerra, ha anunciado que luego de tres días de paralizaciones, los profesores ideologizados serán despedidos y se contratará maestros con voluntad de enseñar. Por otro lado, se conoce que el SUTEP, sindicato de amplia mayoría nacional, sí apoyará el inicio del año escolar.
En cualquier caso, con estos hechos queda en evidencia que para los militantes del Fenatep los niños pobres no interesan en absoluto, sobre todo los de los colegios en Puno, Cusco, Apurímac, Andahuaylas y Ayacucho. El objetivo del sindicalismo maoísta es ocultar la evidente derrota nacional de la insurrección contra el Estado de derecho y, en ese objetivo, pretenden convertir el fracaso del año escolar en un triunfo político para el diezmado radicalismo. Algo parecido se pretende hacer con la focalización de la violencia en Puno.
Sin embargo, detrás de la estrategia de bloquear el inicio del año escolar, igualmente está el objetivo de acabar con la carrera pública magisterial, una política de Estado que se aplica desde varios gobiernos atrás, y que busca nombrar y promover a los maestros de acuerdo a méritos y calificaciones. Desde el surgimiento del Fenatep, cuando Pedro Castillo era el líder magisterial –antes de llegar al poder– esta entidad sindical siempre se opuso a la meritocracia en la docencia y promovió el nombramiento indiscriminado de los docentes, al margen de la demanda de las familias pobres de conseguir una educación de calidad para los niños.
Antes de la llegada de Castillo al poder, de un universo de más de 370,000 docentes, más del 55% del total ya formaba parte de la carrera pública magisterial. Ante la presión ciudadana y la vigilancia de los padres de familia, el Gobierno no pudo avanzar frontalmente en contra de la carrera pública magisterial. En ese sentido, el Gobierno de Perú Libre y el Movadef promulgó dos resoluciones viceministeriales del Ministerio de Educación (Minedu) que afectaban la carrera de cerca de 20,000 directores de colegios que habían sido nombrados en un concurso del 2014 y luego ratificados en otro del 2018. Las dos mencionadas normas establecían que luego de vencerse los mandatos de los directores podían “encargarse” las responsabilidades (ya no habría concursos). El objeto era que los “encargados” del Fenatep se ocuparan de evaluar las clases magistrales de los profesores que participan en la evaluación magisterial.
Las corrientes maoístas y colectivistas siempre han tenido la obsesión de controlar la educación pública para convertir la escuela pública en un centro de adoctrinamiento marxista. Una obsesión que no es una novedad. Años antes de la década de los ochenta, el maoísmo llegó a controlar gran parte de la universidad pública y el sindicato magisterial. El resultado fue trágico: el senderismo inició una época de terror y muerte en base a la movilización de maestros y estudiantes.
Por todas estas consideraciones, el inicio del año escolar no puede fracasar de ninguna manera.
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