Desde las reformas económicas de los noventa, la Consti...
Sobre una iniciativa digna de ser emulada por todos.
Cuando los peruanos vemos que la corrupción atraviesa la política y el Estado nos indignamos, pero también muchas veces nos sentimos impotentes, perdidos en medio de un inmenso desierto de amoralidad. Sin embargo, cuando estamos a punto de perder la esperanza, irrumpe un oásis con el que recuperamos la fe en nuestros valores y con ello las energías necesarias para seguir adelante. Uno de esos oásis, tal vez el más grande, es el ejemplo de Miguel Grau Seminario, el Gran Almirante del Perú y héroe por excelencia. Por eso nos satisface que se haya anunciado una nueva cruzada nacional de valores denominada “Somos Grau, seámoslo siempre”.
Se trata de una iniciativa encomiable, digna de ser emulada, de la Marina de Guerra, la Fundación Miguel Grau y Telefónica del Perú, que se realiza por tercer año consecutivo con el propósito noble de inculcar en nuestros ciudadanos, en especial a los jóvenes, los valores que cultivó y practicó el Héroe de Angamos.
La cruzada elige cada año, entre candidatos que proponen los ciudadanos a través de la página web www.somosgrau.pe, a tres personas que con su conducta diaria hacen suyos los valores principales del Gran Almirante: honestidad, lealtad, y dignidad. Este año la cruzada incluye además un concurso para escolares que consiste en crear un videojuego inspirado en la vida de Miguel Grau.
Es que Grau ha trascendido al héroe de guerra y se ha convertido en el referente ineludible para construir una sociedad superior basada en los valores del Gran Almirante. Por ejemplo, su lealtad a la patria cuando renunció a sus privilegios de diputado para ir a defenderla con las armas, o cuando se embarcó en el Huáscar conociendo la superioridad militar aplastante del enemigo, o cuando se inmoló en Angamos, sabiendo que moriría en un combate tan desigual.
También la dignidad que exhibió cuando rescató del mar a los tripulantes de los barcos enemigos que hundió, o cuando le envió a la viuda de Arturo Prat las prendas de éste junto con sus condolencias. Y la honestidad que demostró cuando participó en la revolución de Arequipa de 1856, en defensa del orden constitucional contra las leyes extremistas aprobadas por la Convención Nacional.
El ejemplo de Grau se agiganta hoy que el Perú enfrenta el desafío de superar la corrupción, fortalecer sus instituciones y asegurar la continuidad de su desarrollo económico. Jamás debemos olvidar que las grandes naciones se han erigido a partir de contratos sociales inspirados y fundados en el respeto a grandes valores: libertad, fraternidad, igualdad ante la ley, civismo, laboriosidad, honestidad, lealtad, dignidad, respeto a la autoridad, etc.
La democracia, por cierto, es el único sistema político que se sostiene en valores, es más: no podría existir sin ellos. Por eso cuando la corrupción se extiende en una sociedad sin que ésta reaccione, se corroen las bases mismas de la democracia. Felizmente, los peruanos estamos demostrando, en los últimos tiempos, que tenemos una importante reserva moral que nos está permitiendo atacar ese mal en los gobiernos regionales y municipales.
La economía de mercado es también el único modelo económico que se sostiene en valores: La confianza que nace del respeto a la ley y la libertad. Confianza entre el Estado y los ciudadanos, entre el Estado y los agentes económicos. Y libertad para que los individuos trabajen sin restricciones en cualquier actividad económica. Cuando la confianza y la libertad disminuyen, los mercados se contraen o se detienen, en una reacción natural inmediata.
Por las razones señaladas, creemos que la cruzada de valores “Somos Grau, seámoslo siempre” es una iniciativa valiosa en la medida que contribuye a fortalecer nuestra identidad nacional sobre valores que son decisivos para que podamos consolidar el desarrollo y el bienestar que venimos construyendo hace más de dos décadas en democracia y libertad
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