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Para contribuir al desarrollo económico y social de la provincia de Islay, en la región Arequipa, el Proyecto Minero Tía María, de Southern Perú entregó en la semana pasada el “capital semilla” para ejecutar 30 proyectos productivos o sociales propuestos por los pobladores de los distritos de Cocachacra, Deán Valdivia, Punta de Bombón, Mejía, Mollendo y Matarani. Entre estos proyectos hay destacables iniciativas comunitarias como “Agua limpia para una vida sana y sin COVID-19”, “Fortalecimiento de la promoción turística”, “Industrialización de la miel” y “Mejoramiento de local Casa del Pescador”.
El apoyo a estas iniciativas es parte de las acciones del proyecto Tía María, ubicado en el valle de Tambo, para generar espacios de diálogo y consenso con la población antes del inicio de sus labores. Como se sabe, este proyecto minero cuenta desde hace bastante tiempo con todas las autorizaciones del Estado, incluso con la llamada “licencia social”, por lo que no hay ningún impedimento para que inicie su etapa de construcción. Es además uno de los más importantes proyectos en cartera que tiene la minería peruana, pues Southern proyecta una inversión de US$ 1,400 millones.
Tía María producirá cerca de 120,000 toneladas métricas de cobre (TMC) anuales y aportará al país más de S/ 300 millones en canon y regalías. Además generará 8,000 empleos en su zona de influencia: la provincia de Islay y el valle de Tambo, los ya mencionados distritos de Cocachacra, Deán Valdivia, Punta de Bombón, Mejía, Mollendo y Matarani. Sin embargo, el radicalismo antiminero ha movilizado a ciertos sectores de la población de la zona para que se opongan al proyecto. El resultado ha sido una serie de actos violentos, que se remontan hasta hace más de diez años. Por ello la empresa ha señalado en varias oportunidades que espera el mejor momento para iniciar la construcción de la mina. Mientras tanto, continúa ejecutando los convenios de colaboración suscritos, por voluntad propia, con las comunidades.
Southern ha tomado todas las medidas necesarias para evitar que Tía María dañe el medio ambiente y para que sus actividades no entorpezcan la vida y las actividades de los pobladores de la región, dedicados mayoritariamente a la agricultura. Por ejemplo, para la producción de cobre se empleará la tecnología de oxidación y lixiviación, considerada la más limpia y amigable con el medio ambiente. Además,la extracción del mineral se iniciará a 150 metros de profundidad del tajo a cielo abierto, para evitar que el polvo, producto de las explosiones alcance superficies fuera del tajo. Y las explosiones –para extraer y reducir el tamaño del mineral– se realizarán al medio día, hora en que, de acuerdo a estudios realizados, los vientos soplan con mayor fuerza de sur a norte, en dirección opuesta a los poblados y sembríos. Y por último, Southern no usará una sola gota de agua del sistema hídrico del sur: la minera construirá una planta desalinizadora para usar agua de mar en sus operaciones.
Diversos analistas económicos han señalado que el inicio de la construcción de Tía María sería sumamente importante para la economía y la minería peruana, porque gatillaría otras inversiones pendientes en el sector minero, muchas de ellas detenidas por los conflictos sociales generados por el radicalismo antiminero. “Es una importante señal para reactivar la inversión privada que asegure el crecimiento económico y social que necesita el país”, ha señalado Manuel Figamelli, presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía de Perú, en una entrevista reciente.
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