En el Perú, hablar de cobre no es solo hablar de miner&...
Si bien el asunto de los protocolos para la reactivación comienza a normalizarse –ahora solo basta colgar en la web el documento de cada empresa–, en nueve regiones todo dependerá de la aprobación de cada sector (ya no solo del Ministerio de Salud) para empezar a producir. Pero en el sector forestal las cosas están por verse. El 27 de marzo pasado el Congreso de la República delegó facultades al Ejecutivo por 45 días para legislar "en materia de protección a los sectores productivos, extractivos y de servicios”. El objetivo de la norma era reactivar y promover cuanto antes las actividades productivas vinculadas a la agricultura y riego, pesca artesanal y acuicultura, minería, industria, turismo y artesanía. La norma comprende a las micro, pequeñas, medianas y grandes empresa.
Atendiendo la emergencia nacional debida a la pandemia, el 20 de abril pasado se publicó la Resolución de Dirección Ejecutiva N° 047-2020-Minagri, del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor). La norma contempla los protocolos en el sector forestal y de fauna silvestre para realizar actividades productivas previniendo el contagio de coronavirus. Esta norma fue derogada un mes después, el 25 de mayo, y fue sustituida por la Resolución de Dirección Ejecutiva N° 52-2020-Minagri, “Plan para la vigilancia, prevención y control de Covid-19 en el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor)". Según Carlos Cabrejos, experto en temas forestales, los procedimientos administrativos de la norma derogada no vinculaban a la cadena de valor los recursos forestales y de fauna silvestre. Asimismo, el Plan para la Vigilancia contempla la relación jurídica entre el empleador (Serfor) y sus trabajadores (servidores públicos), sin ningún vínculo con la autoridad nacional o regional forestal, los concesionarios forestales y ciudadanos para prevenir el Covid-19 e impulsar las actividades del sector.
El 10 de mayo la Resolución Ministerial N° 017-2020-Minagri aprobó el documento "Lineamientos para la vigilancia de la salud de los trabajadores con riesgo de exposición a Covid-19". Cabrejos advierte la reiterada actitud de Serfor de dejar sin efecto lo poco que se avanza; y de no atender a las personas vinculadas con el sector forestal y de fauna silvestre por medio de instrumentos digitales, para evitar la exposición al virus y reducir los trámites, costos y tiempo. Y también para mejorar la competitividad de los concesionarios forestales.
Para Cabrejos es inentendible que la autoridad nacional forestal y de fauna silvestre anuncie que esos procedimiento recién serán implementados en 2021. Especialmente cuando hoy son tan necesarios, con el estado de emergencia, cuarentena y toque de queda; y sobre todo, advirtiendo que otras instituciones públicas hacen esfuerzos para disponer sus procesos administrativos en línea, mesas de partes virtual, digitalización de documentos, simplificación, desregulación y otros procedimientos. “Para la Autoridad Nacional Forestal estos temas deberían ser de absoluto interés, más aún porque las actividades vinculadas a los bosques son la principal fuente de ingresos de la mayor parte de la población en las regiones amazónicas. El sector forestal está condenado a la normalidad de su burocracia. La balanza comercial sigue en déficit en el primer trimestre de este año. La madera importada se impone en el mercado local”, señala Cabrejos.
El sector forestal y de fauna silvestre está vinculado fuertemente con las zonas más pobres y abandonadas del país. La exportaciones de madera y productos maderables no son parte de las estadísticas económicas, a pesar de que el 53% del territorio nacional (67.9 millones de hectáreas) son bosques. La experiencia de la agroindustria (el segundo sector exportador del país después de la minería) con la Ley de Promoción Agraria no es tomada en cuenta para diversificar la industria forestal y de fauna silvestre. La burocracia, como lo demuestra Cabrejos, es el muro de contención que impide el desarrollo del sector, la cenicienta del país.
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