En el Perú, hablar de cobre no es solo hablar de miner&...
El ex ministro de defensa del gobierno pepekausa, Jorge Nieto, ha señalado que durante su visita a la costa norte del país ha constatado que todo lo avanzado respecto a la reconstrucción del norte no solo está estancado sino que existe un notable retroceso. Nieto asegura que los módulos de vivienda temporales, con seguridad y comida para los pobladores, no existen más; en otras palabras, que el Gobierno de Martín Vizcarra ha dejado desatendidos a los damnificados por el fenómeno de El Niño costero del verano 2016-2017.
Similar situación sucede en las otras 13 regiones afectadas, en las que la Autoridad de la Reconstrucción con Cambios (ARCC) ha realizado intervenciones. En Arequipa, en dos años, solo se han ejecutado obras por S/ 9 millones. Según la ARCC, el monto estimado para las 500 intervenciones en ocho provincias de la región Arequipa es de S/ 800 millones. Por las cifras señaladas, después de más de dos años prácticamente no se ha hecho nada en Arequipa. Solo un camino vecinal en la Ensenada y Mejía (provincia de Islay), y pistas y veredas en la provincia de Melgar.
En Zarumilla (Tumbes), los pobladores han realizado protestas exigiendo la culminación de las obras de saneamiento y rehabilitación de la carretera. Según los manifestantes, el desagüe ha colapsado y las aguas servidas ingresan a sus viviendas. En los asentamientos humanos de Piura, los pobladores también exigen la culminación de los drenes, obras destinadas a prevenir inundaciones provocadas por las lluvias. Reclaman también la reconstrucción de colegios y postas médicas, programadas en los proyectos aprobados.
No obstante el evidente atraso en las obras de reconstrucción, el Ejecutivo no se inmuta. La guerra política y el arrinconamiento del adversario entretienen a Vizcarra, que descuida las responsabilidades propias del gobierno, entre ellas dar prioridad a los más pobres y afectados.
La manera como se han organizado las obras de la reconstrucción durante el vizcarrismo es una muestra del afán de popularidad y el proselitismo político del mandatario. Durante la gestión de Pedro Pablo Kuczynski, la autoridad de la RCC tenía a su cargo la mayor parte de los proyectos importantes para “empaquetarlos” y someterlos a licitación internacional. La idea era la participación de la inversión privada para superar cuanto antes la emergencia. En ese sentido los Juegos Panamericanos ha sido un buen ejemplo. Si la emergencia apremia se debe buscar la ayuda del sector privado y la gestión de los expertos.
Con Vizcarra todo cambió. Las obras fueron atomizadas en los gobiernos regionales y locales. A empresas locales, sin experiencia en obras de gran magnitud, se les ha entregado la ejecución de puentes, la descolmatación de ríos y la reubicación de viviendas. Más adelante sabremos sobre la calidad de su ejecución. Por lo pronto, las demoras han sido una constante en todo el país. No existe obra sin adenda ni postergaciones.
La incapacidad y desdén de las autoridades tiene un costo altísimo. En el caso de la reconstrucción del norte, los terrenos agrícolas han dejado de producir. Las aguas empozadas son fuentes de infecciones y enfermedades. Las carreteras bloqueadas impiden el reparto de alimento, combustible y bienes perecibles, que se pudren en los vehículos de carga. Los escolares dejan de estudiar y son afectados por la desnutrición y anemia.
El contralor general de la República, Nelson Shack, señaló en agosto pasado que hasta abril del presente año se han transferido S/ 10,190 millones para las obras de la RCC; pero gasto sigue siendo demasiado bajo: ¡12%! En setiembre pasado, solo se avanzó 10%. Pronto, la euforia por los triunfos políticos de Vizcarra terminará y la población comenzará a reclamar resultados. Entre ellos, la reconstrucción de las zonas afectadas por las inundaciones hace más de dos años.
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