En el Perú, hablar de cobre no es solo hablar de miner&...
Desde este portal hemos sostenido reiteradas veces que la inversión privada es el principal motor para el progreso económico. No obstante, también el Estado tiene una enorme tarea que cumplir, a través de la eficiencia de la inversión pública. Algo más: los economistas suelen señalar que en épocas de ralentización económica, el papel de la inversión pública en la economía puede amplificarse. En suma, el Perú necesita un Estado eficiente que invierta en obras que dinamicen la economía e incrementen la competitividad y la productividad.
En ese sentido, la noticia de que solo 224 obras públicas paralizadas pueden acogerse al régimen especial establecido en el Decreto de Urgencia N° 008-2019 para su reactivación es una noticia preocupante para la eficiencia de la inversión pública en el país. ¿Por qué decimos lo anterior? Porque un país como el Perú –con una brecha de infraestructura que, según cálculos de la Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional (AFIN), supera los US$ 165,000 millones (sin contar los US$ 6,400 millones que representaron los daños ocurridos tras El Niño costero)– no puede dar el lujo de solo reactivar 224 obras paralizadas.
En un primer momento, para justificar la promulgación en octubre pasado del Decreto de Urgencia N° 008-2019, desde la administración Vizcarra se informó que se reanudarían 867 obras paralizadas, que sumaban más de S/ 16,000 millones de inversión, objetivo que no se ha cumplido. Incluso el premier Vicente Zeballos deslizó la posibilidad de la creación de un nuevo ministerio de infraestructura. Sí, estimado lector, así como lo lee. Es decir, se pretende solucionar el problema de la inversión pública creando mayor burocracia.
En ese marco vale resaltar que el 2019 pasado fue uno de los peores con respecto a la inversión pública, porque solo se logró ejecutar un 66.2% de los presupuestado mientras la economía apenas crecía 2.3% del PBI. No solo eso, en un solo día, el 31 de diciembre, se ejecutó la mayor inversión pública (S/ 1,595.7 millones) y se redujo la base de referencia para calcular el avance.
¿Por qué 224 obras y no las 867 como se estableció en un primera instancia? Por la sencilla razón de que la mayor parte de estas obras paralizadas corresponde a los gobiernos regionales, y estas instancias subnacionales no han realizado el inventario respectivo para que sean incluidas en este Decreto de Urgencia. Es decir, por desidia de varios gobiernos regionales se abandonarán más de 500 obras no concluidas.
Como decíamos, el Ejecutivo necesita acelerar la inversión pública en todo el país. De lo contrario este año se volverán a repetir las cifras negativas del 2019. Las alertas que presentamos sobre la inversión pública no deben ignorar que lo principal para el futuro de la economía reside en la reactivación de la inversión pública, que representa el 80% del total invertido en el país, que genera el 80% del empleo y que suma más del 85% de los ingresos fiscales.
En otras palabras, queremos señalar que sin crecimiento de la inversión privada no hay futuro. Pero la importancia de la inversión pública se acrecienta cuando la economía se lentifica y se hace necesaria una inyección de liquidez. Hoy no hay crecimiento de inversión privada ni de la pública. ¿Qué sucede con el Ejecutivo?
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