Luego de la caída del Muro de Berlín, a fines de...
Standard & Poors, una de las más importantes agencias internacionales de análisis de riesgo crediticio, ha calificado de “negative watch” la deuda soberana del Perú. El siguiente paso debe ser la baja de la calificación. Por su lado, Fitch acaba de rebajar la calificación de la deuda peruana de BBB+ a BBB. Unas semanas atrás Moody´s Investor Service había rebajado la calificación del país de A3 a Baa1.
¿Qué significa que las tres más importantes calificadoras de riesgo le bajen la calificación al país? Que el Estado y los inversionistas tendrán que pagar mayores tasas de interés cuando soliciten créditos internacionales para el país. Por otro lado, como se trata de una devastadora señal para la economía, es inevitable que la inversión privada se reduzca en el Perú. Finalmente todas estas informaciones tóxicas afectarán el crecimiento, aumentará la pobreza, y la economía familiar será duramente golpeada.
Al Perú le costó tres décadas alcanzar los niveles de calificación crediticia que han posibilitado triplicar el PBI y reducir la pobreza de 60% a solo 20%, hasta antes de la pandemia. Sin embargo, el gobierno de Pedro Castillo está destrozando el esfuerzo de dos generaciones de peruanos en apenas dos meses y medio. Ni siquiera cuando, en una semana, el Perú tuvo tres presidentes –antes de instalarse la administración Sagasti– las agencias se atrevieron a bajar la calificación del país.
¿Cómo se explica entonces el efecto destructivo de la administración Castillo en apenas semanas de gobierno? La única explicación: la propuesta de la asamblea constituyente. La inestabilidad política, la incertidumbre económica, que reconocen las calificadoras de riesgo para bajarle la nota al Perú, proviene de la propuesta de la asamblea constituyente. ¿Qué inversión privada puede continuar si el Ejecutivo le dice al país y al mundo que se cambiará el régimen político y económico?
El anuncio acerca de que el Ejecutivo pretende instalar una asamblea constituyente de cien o doscientas personas que concentren todo el poder político e institucional de la República; y que, además, puedan disponer de la propiedad y el ahorro de ciudadanos y empresas –acumulados a través de décadas–, simplemente, paraliza a cualquier país.
De allí que todos los economistas señalen que la inversión privada en el 2022 podría caer hasta en 20%. Considerando que la inversión privada representa el 80% del total invertido en el país es incuestionable que la economía se contraerá el próximo año y el país volverá a aumentar pobreza, miseria y todo tipo de exclusiones.
Como ya hemos señalado, cada año se incorporan a la economía aproximadamente 270,000 jóvenes. Igualmente se ha informado que por cada punto de crecimiento se crean 90,000 empleos. Por estas consideraciones, el Perú necesita crecer por encima del 3% al año para absorber la nueva demanda de empleo y no aumentar el número de pobres.
¿Cuál va a ser el relato del Ejecutivo y de Perú Libre frente al aumento de pobreza? ¿Acaso de que todo se trata de “un sabotaje empresarial” repitiendo el viejo manual bolivariano? ¿Acaso puede ser creíble que un gobierno detenga un crecimiento de tres décadas en semanas de gestión y luego diga que otros son los responsables?
Todos los actos y caminos del gobierno de Pedro Castillo, del Movimiento por la Amnistía de Derechos Fundamentales y de Perú Libre, apuntan hacia el objetivo de la asamblea constituyente. En ese sentido hay coherencia total, al margen de los fuegos de artificio de supuestas guerras internas.
Si las cosas van en ese sentido, es evidente que la ratificación de Julio Velarde en la presidencia del BCRP busca ganar tiempo y evitar un deterioro más acelerado de la economía. Nada más. Por ejemplo, se acaba de conocer la crítica del Consejo Fiscal al Decreto Supremo 089 que establece un incremento presupuestal de S/ 2,900 millones “a cuenta de futuros ingresos”. ¿Futuros ingresos con los forados acumulados en el 2020 y el 2021 por el manejo de la pandemia? ¿Acaso no existía el compromiso del Ministerio de Economía y Finanzas de regresar a la disciplina fiscal?
Como se aprecia con absoluta claridad, el gobierno de Castillo ha destrozado tres décadas de crecimiento en apenas seis semanas de gestión. Todo se divisa al primer golpe de vista.
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