En el Perú, hablar de cobre no es solo hablar de miner&...
El Instituto del Mar del Perú (IMARPE) es la entidad que más sabe, en todo el mundo, sobre cómo preservar la biomasa pesquera. Y es una institución nacional que ha preservado el recurso pesquero del Perú. Hoy, por ejemplo, la biomasa de anchoveta es igual a la que existía en los años sesenta: un promedio de 8.8 millones de toneladas métricas.
El trabajo del Imarpe ha sido reconocido a nivel planetario por el Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), entre otros organismos multilaterales. El diagnóstico de estas organizaciones siempre es el mismo: la política pesquera del Perú está subordinada a una visión científica para preservar la biomasa. Las cifras son incuestionables: desde el 2006 a la fecha la biomasa ha estado por encima de los ocho millones de toneladas.
¿Cómo se entiende, entonces, el Decreto de Urgencia que modifica el nombramiento del presidente de Imarpe, que ha sido promovido por el sector Produce? Una primera impresión puede ser favorable, porque la mencionada norma señala que el nombramiento se hará por concurso público. Sin embargo, ya sabemos qué significan los concursos públicos en una sociedad polarizada ideológicamente alrededor de si se apoya o no la inversión. Las oenegés del ecologismo radical siempre han tratado de derribar los criterios científicos del Imarpe, en su afán de destruir la industria pesquera nacional.
Y el problema se agrava más cuando nos enteramos de que el presidente del directorio de Imarpe –antes del D.U en mención– se elegía entre un almirante en retiro con 35 años de servicio en La Marina de Guerra y el propio directorio de Imarpe. Y las cosas se complican en demasía cuando antes de la nueva norma se establecía una clara diferencia entre el presidente del Directorio y el director científico de la mencionada entidad. ¿Por qué en el Ejecutivo y el sector Produce no se intenta recoger la opinión del director científico de Imarpe?
Pero más allá de la indolencia e indiferencia del sector Produce, ¿por qué en el Perú se ha desarrollado la política científica más avanzada de preservación del recurso marino? El Perú es el único país del planeta en que se realizan dos cruceros científicos para determinar el volumen de la biomasa marina. En otros estados solo se realiza un crucero, o ninguno.
Por ejemplo, existe un crucero anual para establecer la biomasa desovante, que busca determinar cuántos desovantes hay en el mar (expectativa del número de huevos). Pero eso no es todo. Imarpe realiza un segundo tipo de crucero cada año que se llama “crucero de investigación acústica” que, en base a ecosondas, establece el volumen del recurso marino. Asimismo, ha implementado un tercer sistema para medir la situación del recurso marino, con el método de evaluación poblacional. Por ejemplo, si existe una biomasa de 10 millones de toneladas métricas este método se basa en algunas variables científicas: la pesca consume dos millones de toneladas, el ecosistema otros dos millones y el desove agrega dos millones, entre otras variables científicas.
Como se aprecia, el tema es absolutamente complejo. Lo que no se entiende es cómo en la administración Vizcarra se han dejado sorprender con audios sacados fuera de contexto, en los que solo se discute resultados de la evaluación acústica. Para determinar el volumen del recurso el Imarpe utiliza los tres métodos de medición arriba descritos.
La administración Vizcarra no puede asumir una medida tan ligera con una entidad que ha sido una de las vigas maestras de los éxitos de la industria pesquera nacional: la preservación de la biomasa. La pesca ha aportado el 1.2% al PBI anual en la última década, crea 700,000 puestos de trabajo directos e indirectos, y suma US$ 2,557 millones en exportaciones. ¿Cómo entonces comprender la decisión del Ejecutivo?
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