Editorial Economía

¡Flexibilidad laboral para salvar empresas y empleo!

Empresas sin producción ni ventas, no pueden pagar planillas

¡Flexibilidad laboral para salvar empresas y empleo!
  • 09 de abril del 2020

Los economistas y consultoras especializadas señalan que la recesión del 2020 podría estar en el orden del -5% y -3% del PBI, un resultado económico que generaría un incremento de 3 o 4 puntos porcentuales de pobreza en el país. Perú y América Latina volverán, pues, por efecto inmediato de la pandemia del Covid-19 y la recesión del planeta, a ser regiones que aumenten pobreza.

En este contexto, el mundo enfrenta dos guerras fundamentales para superar la pandemia del Covid-19: la crisis sanitaria y la económica. Salvar la economía significa solo una cosa: salvar las empresas, el tejido empresarial, la inversión privada, que genera el empleo de los trabajadores y los recursos (tributos) con los que el Estado financia los gastos en salud.

En el Perú el Estado ha lanzado un plan de estímulo económico que compromete el 12% del PBI, con objeto de evitar que se interrumpa la cadena de pagos y que quiebren miles de empresas. Sin embargo, dos meses sin producción y ventas no solo significan -5% o -3% del PBI, sino que para las empresas resulte imposible pagar planillas. ¿Cómo lo va a hacer? La única respuesta es instaurar la plena flexibilidad laboral. Si alguien cree que se puede salvar empleos sin salvar primero a la empresa que genera el puesto, entonces está pensando en una empresa estatal financiada con los recursos fiscales que hoy deben focalizarse en salud y más salud.

De allí que hoy no existe plan económico de reactivación de la economía sin flexibilidad laboral. En ese sentido, el Ejecutivo, el Congreso, el Tribunal Constitucional y demás entidades deberían reunirse para aprobar la flexibilidad laboral plena en el Perú. ¿Qué derechos van a defender los colectivistas sin empresas? A menos que piensen en las empresas estatales chavistas que han destruido esa nación.

Antes de la pandemia, los diversos rankings ubicaban al Perú entre los diez países del planeta con más rigidez laboral. Sumado a este hecho, no obstante el espíritu desregulador de la Carta Política, una sentencia del Tribunal Constitucional (TC) estableció que el trabajador despedido tenía derecho a la reposición en el puesto de trabajo, antes que a la correspondiente indemnización. Después de la señalada sentencia se desplomaron los contratos por tiempo indefinido y se multiplicaron los juicios por reposición laboral en el Poder Judicial. Según el Grupo de Análisis para el Desarrollo (Grade), más de 900,000 empleos permanentes pasaron a la calidad de temporales hasta el 2015, y los trabajadores perdieron más de S/ 6,000 millones en beneficios.

Una de las causas principales de que más del 70% de los trabajadores no se beneficie con los sistemas de salud y de pensiones tiene que ver con la mencionada legislación laboral. Basta recordar, por ejemplo, que entre el 2013 y el 2018 apenas se logró formalizar al 1.3% de la masa laboral.

Hasta antes de la pandemia, el Perú era considerado un país de ingreso medio. Los países que tienen ingresos per cápita similares a los nuestros suelen tener alrededor un 40% de informalidad en la masa laboral. Sin embargo, nuestro país sobrepasa el 70%. El tema laboral, pues, es una de las grandes causas de esta problemática, al lado del engorroso y costoso sistema tributario.

Algo más. La flexibilidad laboral, si bien es una medida de urgencia para evitar la devastadora recesión que se viene, incuestionablemente significará una reforma de largo plazo. Hasta antes de la pandemia los países que habían logrado reducir el desempleo hasta niveles mínimos eran los que tenían mayor flexibilidad en los contratos de trabajo. Igualmente, en el Perú, la Ley de Promoción Agraria (Ley 27360, que establece un sistema laboral flexible y un régimen tributario especial) ha incrementado la formalidad laboral en el agro, de 16% en el 2004 hasta el 25% en el 2017. En las regiones agroexportadoras de la costa la formalidad aumentó de 25% a 44%.

Como se aprecia con absoluta claridad no hay plan económico contra la recesión sin flexibilidad laboral.

  • 09 de abril del 2020

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