Editorial Economía

El mensaje del Banco Central de Reserva

Julio Velarde invoca responsabilidad frente a la macroeconomía

El mensaje del Banco Central de Reserva
  • 16 de septiembre del 2020

En las últimas tres décadas el Perú ha logrado expandir su economía y reducir la pobreza como nunca antes en su historia. Algo más: ha construido más peruanidad. El PBI no solo se triplicó, no solo se logró reducir la pobreza del 60% de la población a solo 20% -hasta antes de la pandemia– sino que las cordilleras que separaban al mundo criollo y andino se derrumbaron, en medio de las migraciones y el crecimiento. Hoy Lima es la ciudad andina por excelencia, y los peruanos excluidos –que preocupaban a los intelectuales del novecientos y del centenario– hoy son los consumidores en los conos de la capital y los cordones mesocráticos de las ciudades del país.

Si bien el sector privado antes invertía hasta niveles del 25% del PBI y ahora aporta el 80% de los ingresos fiscales y el 80% de la oferta de empleo, sin embargo en los últimos 30 años el Estado no se transformó para acompañar la nueva sociedad que emergía. Ese viejo Estado se rearmó y se burocratizó hasta poner en jaque las libertades establecidas en la Constitución y los más de 17 tratados de libre comercio, que explican la todavía vitalidad de nuestra economía. De pronto las libertades comenzaron a ser relativas frente a las sobrerregulaciones y procedimientos establecidos por una burocracia estatal que nunca cesó de crecer.

Sin embargo, una de las fortalezas del Estado y del nuevo orden constitucional fue la creación del Banco Central de Reserva como entidad monetaria autónoma. Desde las reformas de los noventa, la macroeconomía peruana siempre tuvo el respaldo de una entidad  como el BCR, que desarrolló una de las políticas monetarias más eficaces y responsables de las sociedades emergentes.

Hoy todo eso puede estar en peligro con la megarrecesión que destruirá por lo menos el 15% del PBI, dejará un déficit fiscal del orden del 10% del PBI, un endeudamiento que sobrepasará el 35% del PBI y una recaudación fiscal en caída libre. Y todo puede estar en peligro porque los cerca de siete millones de empleos perdidos han desatado el instinto populista de todos los políticos mediocres del Ejecutivo y el Legislativo, en medio de una feroz guerra política. De pronto en el Congreso proliferan leyes que representan reales iniciativas de gasto, que siguen aumentando fracciones o puntos al déficit y que buscan destruir el sistema privado de pensiones, entre otras medidas que proponen regular precios y mercados en educación, salud, farmacias, bancos, etcétera.

En medio de este vendaval populista, algunos congresistas la han emprendido contra el BCR, exigiendo que solvente las iniciativas o proyectos que no están financiados. Revelando una ignorancia que deprime, han comparado los préstamos de Reactiva con la negativa del BCR de financiar el déficit del Gobierno central. Estos congresistas deberían saber que solo están exigiendo que suceda lo que acaeció en los ochenta: la emisión inorgánica de moneda financiaba el gasto de los políticos, desatando una de las hiperinflaciones más graves de la historia.

En este contexto Julio Velarde, presidente del BCR, se dirigió ayer al llamado Acuerdo Nacional, alertando sobre los peligros que conlleva acabar con uno de los últimos reductos de nuestras fortalezas: la macroeconomía. Señaló que la economía peruana en el presente siglo había crecido 4.9%, más del doble que el resto de la región. Igualmente recordó que Perú, El Salvador y Panamá son las economías latinoamericanas con más baja inflación. Gracias a las cuentas fiscales equilibradas y el modelo, el Perú tiene las reservas internacionales –en proporción al PBI– más altas de la región, y pudo aplicar una política monetaria agresiva frente a la recesión mundial: redujo la tasa de interés a 0.25%, casi al nivel de los países desarrollados. 

Asimismo, informó que estas fortalezas han permitido que el Perú se endeude a tasas bajas –solo Chile puede conseguir mejores condiciones que nuestro país– en moneda nacional, debido a la confianza en nuestra economía. No obstante, aclaró que el 54% de ese endeudamiento corresponde a extranjeros. Velarde se preguntó: ¿Qué sucederá si esa confianza desaparece? Agregó que los extranjeros tenderán a vender sus bonos, creando una presión sobre el tipo de cambio, uno de los más estables de la región en los últimos 20 años. 

Luego Velarde convocó a la élite política a adoptar una actitud responsable frente a la macroeconomía. El mensaje del presidente del BCR no solo describe las bondades de nuestra política monetaria, sino que tiene un tono de tragedia: es un llamado a la responsabilidad económica y política de una de las entidades que más eficiencia ha demostrado en los últimos 30 años y que, sin embargo, comienza a ser atacada por los sectores populistas y comunistas. Tal como sucede en Chile y Colombia, por ejemplo. Que ese llamado genere una verdadera reacción nacional.

  • 16 de septiembre del 2020

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