Luego de la caída del Muro de Berlín, a fines de...
Hace pocos días se realizó la conferencia “Rumbo a Perumin Cajamarca”, uno de los eventos descentralizados que son la antesala de la gran convención minera Perumin 35, que se llevará a cabo en el mes de septiembre. En Cajamarca, Rudy Laguna, director del Centro de Competitividad y Desarrollo (de la Universidad de San Martín de Porres) explicó que esta región “cuenta con una gran cartera de proyectos mineros para construcción, cuya inversión total se aproxima a los US$ 18,000 millones… La puesta en operación de Conga, Galeno, Michiquillay y La Granja permitiría a Cajamarca multiplicar por 29 veces su producción de cobre”. Añadió que si estos proyectos mineros estuvieran en operación “incrementarían en ocho veces los ingresos por canon y regalías de la región, pasando de S/ 300 millones a S/ 2,400 millones”.
Como ya hemos señalado en El Montonero, hoy el Perú produce aproximadamente 2.5 millones de Toneladas Métricas de Cobre (TMC) anualmente, lo que lo convierte en el segundo productor mundial de este mineral (Chile es el primero, con 5 TMC anuales). Si Conga. Michiquillay y las demás minas de Cajamarca mencionadas por Laguna –minas que forman parte del llamado “Cinturón de cobre del norte”–estuviesen en producción el país produciría alrededor de 3.5 millones de TMC, y con ello podría crecer económicamente por encima del 6% anual y reducir la pobreza como nunca antes en su historia. Y la principal beneficiaria de ese crecimiento sería Cajamarca, que hoy figura entre las regiones con mayores índices de pobreza, y con 16 de los 20 distritos más pobres de todo el Perú.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la pobreza a nivel nacional en 2020 afectaba al 30.1% de la población nacional. Pero en Cajamarca, la pobreza alcanza al 42.5% de la población, lo que la ubica como la quinta con el mayor nivel de pobreza en el país. Además existen notables diferencias entre el nivel de pobreza urbana y rural. En líneas generales la pobreza rural en Cajamarca era más que el triple que la pobreza urbana, lo que evidencia además las notables brechas sociales. Y estos altísimos índices de pobreza se reflejan en la dificultad de acceso a los servicios básicos: agua, salud, educación, etc.. Siempre según el INEI, la mitad de los habitantes cajamarquinos que sufren una enfermedad o malestar no reciben ningún tipo de atención.
No obstante, Cajamarca podría superar todos esos problemas si se ejecutara toda la cartera de proyectos mineros que, como hemos señalado, representan una inversión de US$ 18,000 millones. Incluso las empresas a cargo de esos proyectos (Southern Perú, Lumina Copper y Buenaventura) han propuesto trabajar en forma conjunta, para compartir infraestructura de producción, transportes y servicios de uso común, lo que les permitiría reducir costos de inversión. Así, Cajamarca se convertiría en un gran cluster minero, como el de Antofagasta en Chile, que incluso contaría con un ferrocarril propio (para el transporte del mineral hasta el puerto más cercano). Algo más: las empresas han propuesto la construcción de una gran represa, que no solo proporcionaría el agua necesaria para las operaciones mineras, también resolvería todos los problemas del agua para el consumo humano, la agricultura y demás actividades.
En el Perú la minería moderna ha demostrado que cumple con los más altos estándares internacionales para el cuidado del medio ambiente. Y también cumple con la responsabilidad social empresarial, aportando al desarrollo y al bienestar de las comunidades que están en su área de influencia. El mejor ejemplo lo encontramos en la propia Cajamarca, con la empresa minera GoldFields –que opera la mina Cerro Corona, en Hualgayoc–, que durante la actual pandemia de Covid-19 ha donado, repetidas veces, equipos médicos a los hospitales José Soto Cadenillas (Chota) y Simón Bolívar (Cajamarca): camas eléctricas hospitalarias, monitores de parámetros con impresoras, balones de oxígeno, etc.
Como se puede apreciar, con el aporte de la minería moderna Cajamarca ya no sería una de las regiones más pobres del país, sino una de las más prósperas y con las mejores infraestructuras. Incluso llegaría a tener un ingreso per cápita cercano al de un país desarrollado. Lamentablemente, los sectores antimineros y las corrientes comunistas han logrado paralizar todos estos proyectos para agudizar la pobreza, generar un proceso constituyente y tomar el control de esos grandes recursos naturales, mediante procesos de estatizaciones y colectivizaciones.
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