En el Perú, hablar de cobre no es solo hablar de miner&...
Decir que sin el apoyo del sector privado en general, y del sector minero en particular, el coronavirus habría causado mayores estragos en algunas regiones no es exagerar. La movilización del sector privado, a lo largo y ancho de la patria, con plantas de oxígeno, camas UCI, balones de oxígeno, toneladas de alimentos de primera necesidad y otros equipos ha permitido que miles de peruanos salven sus vidas. Negarlo simplemente sería una necedad por un sesgo ideológico.
En varias regiones, por ejemplo, las empresas mineras, el Estado y las comunidades, en una alianza sin precedentes, se juntaron para hacer frente a la pandemia, y han logrado evitar que el virus se propague, a través de la implementación de estrictos protocolos en los que la propia población participa y hace cumplir. El caso de Cajamarca, sobre todo en Hualgayoc, la histórica provincia minera, es casi paradigmático. Las rondas campesinas, esa organización popular y poderosa, en alianza con la empresa minera Goldfields, desarrollan acciones de fumigación en los barrios y comunidades para evitar la propagación de virus. Es decir, una estrategia comunitaria que busca arrinconar el virus en las casas y barrios. Para reforzar el trabajo de las rondas, Goldfields donó mascarillas, guantes, lentes de seguridad panorámicos, alcohol y buzos desechables a las comunidades de El Tingo y Cuadratura, así como a los centros de salud de Hualgayoc y Bambamarca.
Reiteradas veces, desde este portal hemos respaldado el enfoque comunitario, que busca aislar el virus en las poblaciones, barrios y comunidades en general, en lugar de esperar que los enfermos lleguen a los hospitales. Pues lo que en realidad ha ocurrido en Hualgayoc es que la empresa minera, en alianza con el Estado y las rondas, ha gestado una alianza en base a la estrategia comunitaria. Dicha estrategia no solo ha permitido dotar de implementos a las comunidades y rondas campesinas; además, a través de las autoridades locales, se ha entregado víveres de primera necesidad a las familias más necesitadas del área de influencia directa de la unidad minera. Todo este esfuerzo de la empresa minera junto a las comunidades campesinas y las rondas ha logrado que Hualgayoc sea una de las provincias con menor porcentaje de contagiados y fallecidos por Covid. Por ejemplo, mientras que en Jaén se han producido más de 200 muertes por esta enfermedad, en Hualgayoc apenas llegan a 22.
Las inversiones en minería han permitido que la economía cajamarquina no termine de derrumbarse. En las inversiones de este sector está la posibilidad de que Cajamarca pase de ser una de las regiones más pobres del país a una de los ingresos más altos, incluso con un per cápita parecido al de los países desarrollados. Si se ejecutarán los proyectos del cinturón de cobre del norte –concentrados en Cajamarca– se invertirían más de US$ 16,000 millones y se producirían más de un millón de toneladas métricas de cobre. Hoy el Perú produce 2.5 millones de toneladas. ¿Se imaginan la riqueza que los cajamarquinos tienen sin explotar?
Cajamarca, que hoy tiene a varios de los distritos más pobres del país, necesita de inversión minera para evitar que la economía colapse, luego de una brutal recesión por casi una década. Solo la minería y su aporte en todas las líneas puede evitar ese colapso.
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