En el Perú, hablar de cobre no es solo hablar de miner&...
En medio de la crisis política e institucional, 503 toneladas de arándanos cultivados en 333 hectáreas en el callejón de Huaylas se exportaron a los mercados de China y Estados Unidos. Además, según el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), 35 envíos a China y 10 a Estados Unidos han sido certificados durante la campaña 2019.
El Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) afirma que, por miles de dólares por hectáreas, los arándanos son el principal producto agrícola de exportación. Superan al piquillo, lala uva, palta y los espárragos, entre otras 600 variedades de frutas y hortalizas de exportación peruana.
La exportación de arándanos es particular. La poscosecha del fruto debe mantenerse en temperaturas estables entre 8 y 10 grados centígrados; y durante el proceso de almacenamiento y distribución (marítima o aérea), entre 0 y 2 grados centígrados. De acuerdo al Senasa, el proceso de exportación de arándanos peruanos es supervisado desde las plantas de selección y empaquetamiento, periodo cuarentenario y plantas de procesamiento. Las inspección fitosanitaria, la verificación del tratamiento de frío, el levantamiento de cuarentena y la certificación de lugares de producción se realizan según el destino del arándano.
En los últimos 20 años las frutas y hortalizas peruanas han logrado, por su calidad, posiciones firmes en los mercados mundiales. Las tecnologías agroexportadoras peruanas se renuevan frente a las exigencias de los mercados del primer mundo, los más exigentes y competitivos. Las certificaciones de Senasa son compatibles con los protocolos fitosanitarios mundiales, y los productores locales cumplen al dedillo las exigencias.
En este contexto, la reciente ampliación de la Ley de Promoción Agraria (Ley Nº27360) es una excelente noticia para el país. La vigencia de esta ley vence el 31 de diciembre de 2031. Hasta eso (si el Estado de derecho y el mercado libre sobreviven en el país), los actuales proyectos hídricos estancados (Chavimochic III, Majes Siguas II y el Proyecto Especial de Irrigación e Hidroenergético del Alto Piura, Paltiture y otros) podrían ampliar hasta en 120,000 hectáreas los territorios cultivables en el país.
La Ley de Promoción Agraria continúa vigente y deberá alcanzar a los pequeños parceleros, propietarios de hasta cinco hectáreas de terrenos. La sobrevivencia de los minifundistas y campesinos dedicados a la agricultura familiar tienen su oportunidad ahora. Hasta 2.2 millones de campesinos podrán ser parte del círculo agroexportador con apoyo técnico, títulos de propiedad e ideas relacionadas con la creación de empresas, asociatividad y exportaciones. Con esto, los pobladores de la sierra no tendrían necesidad de ir a la costa a buscar mejores oportunidades laborales. Según los censos nacionales de población y vivienda 2017 del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la costa concentra el 58% de la población nacional, mientras que en el censo del 2007 sumaba el 54.6%.
La manera de desarrollar el campo es introduciendo más programas como Sierra y Selva Exportadora y Agroideas, entre otros. Si las autoridades del Minagri realizan su tarea, Perú reafirmará su posición de proveedor confiable de productos agrícolas y alimentos en el mundo, incluso con nuevas variedades de productos.
Con esos programas unos US$ 50,000 millones de inversiones en el campo transformarían positivamente al país, reduciendo la pobreza, el desempleo y la informalidad. No obstante el peligro que corre la Constitución peruana –de ser alterada por la amenaza de una nueva Constitución Política planteada por la izquierda peruana y el marxismo–, los agroexportadores continúan invirtiendo y expandiendo sus mercados en todo el mundo.
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