Manuel Gago
Toque de queda garantiza cuarentena
El coronavirus está desnudando la estupidez humana

Según ha señalado el virólogo español Luis Enjuanes, quien tiene 35 años estudiando al coronavirus, el codiv-19 vino para quedarse y mutar. Asimismo, el virus deja lecciones que la humanidad olvidará. Lo errores cometidos por las autoridades y la población se repetirán en eventos futuros. Es una realidad. Los gobiernos, incluso el chino, demoraron en establecer medidas drásticas desde un comienzo. Es vergonzoso el comportamiento de los italianos. En tres semanas, más de 21,157 contagiados y 1,441 fallecidos, con un ratio de contagio superior al resto de los países. La suspensión de las actividades, en lugar de aislar a las personas, sirvió para propagar el virus. Los italianos se agruparon y se contagiaron todavía más.
Asimismo, desobedeciendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias, en Jauja los cortamontes continuaron. Eventos similares ocurrieron en todo el país en playas, discotecas, establecimientos públicos y privados. En momentos de emergencia nacional y mundial continúan el tumulto y la costumbre de beber cerveza compartiendo un solo vaso, sin ninguna precaución. Otra muestra del desprecio a la vida, sin reconocer que nada es superior a la salud personal y colectiva.
No obstante sus errores –el principal: no comunicar a tiempo el contagio masivo–, China se rectificó con bastante éxito. El país asiático logró reducir al coronavirus por la disciplina de su población. La cuarentena total en Wuhan –origen de la expansión del virus– fue más por las buenas que por las malas. En Perú hace falta un toque de queda total, con las garantías constitucionales suspendidas, para forzar a la población a quedarse en casa y evitar la propagación masiva del virus.
El compromiso chino contra el virus es total. Ha enviado a Italia ayuda para detener el contagio en Europa. “China está lejos“, habrán dicho los jaujinos. Lo mismo los ecuatorianos, con más de 23 contagiados y un fallecido. Y los británicos, hasta ahora sin decisiones drásticas, con 1,140 contagiados y 21 fallecidos. Para el movimiento socialista “chalecos amarillos“, en Francia importa más la protesta violenta que romper la cadena de contagio (quedándose en casa). También es vergonzoso. Por su lado, Martín Vizcarra demoró en Perú, y Donald Trump en Estados Unidos. Sin embargo, ya nadie entra a Perú y Norteamérica desde Europa y Asia. Aunque los pasajeros provenientes de Europa ingresan a Perú por Brasil.
La responsabilidad del presidente Martín Vizcarra es bastante delicada. Acusado de alarmista por prohibir el ingreso de pasajeros procedentes del extranjero, la suspensión de clases y la cancelación de eventos de concurrencia masiva. Lo ideal hubiera sido anunciarlo tres semanas antes. Aún así, los sectores altamente politizados hacen escarnio de la decisión tardía de Vizcarra.
En este escenario de precauciones extremas, extraña la actitud del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO). No ordena el cierre de las fronteras mexicanas argumentando, igual que el conservador Boris Johnson –primer ministro de Reino Unido– “las gravísimas consecuencias económicas y sociales para el país“. Acto seguido, la imprudencia y el mal ejemplo del presidente socialista contrastan con los esfuerzos mundiales para evitar el contacto físico entre las personas. AMLO besó y abrazó a niños y simpatizantes. ¿Las inversiones económicas y los actos sociales pueden estar por encima de la sobrevivencia humana?
Y así como los canadienses, españoles y australianos fueron a los supermercados a abastecerse de productos para sobrevivir una cuarentena, así también los huancaínos. El acaparamiento, la especulación e intentos de saqueo signaron la semana con una profunda indiferencia por el prójimo, así como la falta de empatía y de principios elementales de solidaridad y colaboración social.
Si usted cree que el virus fue introducido por el capitalismo norteamericano al territorio del comunismo chino, sepa que el virus no distingue sistemas políticos. Si cree que los poderosos se hacen ricos provocando miedos en la población, sepa que fueron los primeros afectados por sus constantes viajes. Y si además cree que Dios es peruano y, por consiguiente, estamos bendecidos y aquí no pasa nada, sepa que los iraníes, los que ofrecen su vida por Alá, creen lo mismo y también están infectados.
Los más pobres serán los más perjudicados por la falta de asistencia médica oportuna. La infraestructura médica colapsará y los afectados se multiplicarán exponencialmente. Si no se queda en su casa, pudiendo hacerlo, usted tendrá una cuota inmensa por su irresponsabilidad.
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