Carlos Rivera
¿Por qué se fue y por qué murió?
El trágico final del guitarrista de Los Doltons
“Last kiss” es una canción compuesta por el norteamericano Wayne Cochran, y luego la banda “J. Frank Wilson and the Cavaliers” la llevó al puesto 2 del Billboard en 1964. El tema sonó en todo el mundo durante la década del 60. Numerosos autores y grupos la cantaron hasta que el mexicano Omero González la tradujo al castellano como “El último beso”. En 1966 “Los Doltons” hicieron su versión que permaneció para siempre en los corazones peruanos. Generosas multitudes lloraron sus penas de amor en una canción que es sensibilidad y drama puro. César Ichikawa tomaba el micrófono y encendía a los fanáticos con aquellos fatales versos que bailaban y también lloraban nuestros jóvenes en una historia que todos se sabían de memoria. Una chica sufre un accidente automovilístico y el joven amante va contando el dolor en forma de plegaría a Dios. Va increpándole por qué se la quitó, amenazando portarse bien para poder verla de nuevo allá en el cielo.
Pasaron los años. Cambiaron los gustos de las nuevas generaciones y algunos promotores de provincias sabiendo de un público cautivo que aún recuerda esas épocas nuevaoleras llegaron en el 2006 a nuestra ciudad (Arequipa) para tocar en el Hotel Internacional. Sin Ichikawa, quien se había alejado del grupo desde 1999, igual tenían cuerda para rato y se prestaban a continuar con las tocadas en la ciudad de Tacna. Como si se tratara de una repercusión del argumento de la letra que los llevó a la fama, una misteriosa casualidad del destino incierto, el domingo 18 de junio del 2006 Warren Suárez Rivera, guitarrista del grupo viajaba en una camioneta station wagon, junto a Alexis Valencia (tecladista), César Bolarte (primera voz) y el técnico Ramiro Vílchez y sufrieron un accidente automovilístico en el que Warren murió. El carro iba 160 kilómetros por hora
Warren llevaba la música en la sangre. Fue autor, compositor y guitarrista de reconocidos grupos de cumbia y rock. Además de Los Doltons formó parte de Los Ecos. Sus composiciones fueron cantadas por Agua Marina, Los Mirlos, Estudiantina Colombiana, Sexteto Imperial, el grupo argentino Kadencia y la sensual voz de la reina de la cumbia Gilda, muerta en un accidente en la carretera el 7 de septiembre de 1996.
Si su vida fue la música, su despedida debía tener el mismo aroma de instrumentos. Luego del accidente el grupo, con el dolor a cuestas por la partida de su hermano, fueron a cantarle hasta la puerta de su casa, en el distrito de Comas de la ciudad de Lima. Ellos se salvaron porque viajaron en otra camioneta por esas cosas de los designios de quien sabe.
Alfredo Correa (voz), Mario Gutiérrez (segunda guitarra), y Fernando Bolarte (director y tecladista) se presentaron en el hogar armados de un teclado, unas guitarras y algunos compases de apoyo despidieron a su camarada de música dedicándoles temas de su repertorio (tal vez “Tema: el amor”, otro de sus grandes hits) y finalmente, “El último beso”, el cual no pudieron terminar por los quebrados llantos. La letra de la famosa canción cobraba vida ante una terrible realidad sucedida a su compañero. En el acto de homenaje musical su viuda, Tina de Suarez comentaba que no pudo darle el último beso de despedida a su esposo porque “justo cuando él salía de viaje yo no me encontraba en casa” declaraba afligida.
El diario oficial El Peruano entrevistó en el 2016 a César Bolarte ,y recuerda cómo fue el accidente:
“Un dolor me despertó. El carro había chocado con otro, rebotó y se fue al borde del precipicio, chocó con la baranda y rebotó nuevamente hacia el cerro. Mi hermano y los demás miembros del grupo vieron todo desde atrás y bajaron llorando. Les dije que no lloraran y patearan la luna para sacarme, porque el carro iba a explosionar. El chofer pedía auxilio, pues su brazo estaba atrapado. El timón se había corrido hasta mi cara. El tecladista estaba colgado atrás, sobre el asiento, sangrando. Tuvieron que romper los vidrios para sacarnos. Warren Suárez, el guitarrista, chocó su cabeza con un fierro del chasis de la jaula de la camioneta y murió automáticamente. En el otro carro, de cinco personas, cuatro fallecieron. Toda una familia”.
Una nota periodística del diario La República (21/06/2006) recoge los testimonios de sus compañeros de grupo quienes cuentan que cuando interpretaban “El último beso” Warren disfrutaba mucho pero también se ponía sentimental. Agregan luego: “Parecía presagiar que un accidente iba a poner fin a sus días”. A veces la ficción quiere parecerse a la realidad, solo que toma forma de tragedia.
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