Manuel Gago

Por ahora, ganan por goleada

Pero los héroes de hoy podrían terminar mal mañana

Por ahora, ganan por goleada
Manuel Gago
14 de enero del 2019

 

La renuncia forzada de Pedro Chávarry al cargo de fiscal de la Nación es un golpe duro para la independencia de las instituciones del país. Con esta nueva victoria orquestada por el “genio maligno” —el que mueve los hilos conductores de la política y de la justicia peruana—, la estrategia de demolición de los opositores al régimen de Martín Vizcarra sigue dando buenos resultados. Cancha libre para el fiscal Domingo Pérez, el jefe de facto del Ministerio Público (MP) con el aval de Vizcarra, su viejo conocido. Ahora decidirá quiénes serán investigados y quienes acusados ante el Poder Judicial (PJ).

La participación de la gran prensa tradicional en la estrategia no es gratis. Por un lado sigue recibiendo millonarios pagos por publicidad estatal. Y por otro lado, desviando la atención de la población con sus titulares y portadas, está protegiendo a ciertas constructoras nacionales consorciadas con sus pares brasileñas, que sobrevaloraron las obras públicas y pagaron coimas para adjudicarse los contratos.

Las grandes coimas no se investigan con tanta rigurosidad. Allí no hay filtración de información a los medios de comunicación ni allanamiento ni acusaciones a los abogados defensores. Estas investigaciones son la madre del cordero de Lava Jato; es decir, la columna vertebral, la raíz, el centro neurálgico de la corrupción peruana. Sin embargo, el fiscal Pérez le hace creer a los cholitos del país que el escándalo Lava Jato solo está alrededor de las donaciones destinadas para la campaña presidencial de Keiko Fujimori y la manera absurda como se introdujo el dinero a Fuerza Popular (FP). ¿Y por qué Pérez no hace lo mismo con los aportes de campaña recibidos por Peruanos por el Kambio (PpK)? ¿Intervendrán sus locales partidarios?

Tal como se está configurando el Ministerio Público, el caso Lava Jato terminará en impunidad. Como siempre en Perú, los grandes ladrones serán librados. Quienes complotaron contra el país —decidiendo qué obras serán realizadas, cuánto el costo sobrevalorado y a quiénes se les otorga los contratos— no solo quedarán libres, sino que serán declarados héroes y defensores de la honestidad nacional. ¿Ficción o realidad? Impunidad para los principales implicados, entre ellos los dueños de las empresas constructores, ex presidentes de la República, estudios de abogados y hasta periodistas. Serán librados de toda acusación porque, con el apoyo de Vizcarra, el MP se ajusta a sus intereses.

Si la impunidad se vuelve a consagrar será por la impericia de los actores políticos, vilipendiados, allanados y desmembrados por un genio maligno que lo tenía todo planeado desde antes de la elección de Pedro Pablo Kuczynski, desde que el caso Lava Jato se anunció en el país. ¿O no? Para librarse de las investigaciones, acusaciones, procesos judiciales, probables condenas e inhabilitación de sus empresas para seguir contratando con el Estado, al genio maligno no le importa demoler las honras de las personas que son incómodas por insistir en una justicia que actúe de la misma manera con todos los acusados.

El genio maligno está ganando por goleada. Ha logrado con suma facilidad tener de su lado a la mayor parte de la población. El desempeño de Fuerza Popular (FP) en el Congreso de República ha sido reprochable. La bancada de FP fue señalada como proclive a la mediocridad y corrupción, contribuyendo al éxito del genio maligno. FP preparó el camino de su destrucción. La prepotencia no fue la mejor manera de demostrar que eran mayoría. FP no entendió el gran poder que tenía. No se le ocurrió emprender las grandes reformas nacionales que la población hubiera aplaudido y, con eso, afianzar su fortaleza política. Ahora es muy tarde para los arrepentimientos.

No obstante sus victorias consecutivas (referéndum, retiro de Chávarry como fiscal de la Nación, desmembramiento de FP, neutralización de Alan García), el genio maligno debe saber que la historia se repite siempre en Perú. Los héroes de hoy podrían terminar mal mañana. El humor de las turbas es variable. Los mismos que por ellos queman inciensos hoy, mañana lavarán banderas peruanas contra ellos, sobrecogidos por —otra vez— indignaciones populares.

 

Nota aparte:

Qué vergüenza la obsecuencia del Colegio de Abogados de Lima (CAL). Retirándole la colegiatura de Pedro Chávarry, ¿son, acaso, también parte de la estrategia de demolición?

 

Manuel Gago
14 de enero del 2019

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