Delia Muñoz
Pepe significa pater putativus
El incumplimiento de las obligaciones alimentarias
En las tres grandes religiones monoteístas –judaísmo, islamismo y cristianismo– no hay duda respecto de la existencia de Jesús. Las huellas de su vida se mantienen claramente identificadas. Tampoco existe controversia sobre José, el esposo de María a la cual acogió con su hijo. La leyenda cuenta, que a partir de ello a José se le llamó Pepe, que significa pater putativus, el cual terminó siendo un apelativo cariñoso, conferido a ese hombre generoso que se hizo padre de corazón y asumió su rol a cabalidad.
En nuestra peruana cultura, la Navidad constituye una fecha de celebración nacional, plena de rituales familiares y amicales, de ferias de venta de santos y adornos artesanales –que cada día se van rescatando más–, de villancicos en ritmo de huayno, de música afroperuana y recientemente bailables al son de la cumbia. Cambios culturales que celebro, pues somos una cultura alegre, que siempre comió y danzó en fechas importantes, y la Navidad no tiene por que ser triste o de ritmo extranjero. En ese contexto, de realce de los valores peruano cristianos, me sobrecogen los datos del elevado número de personas privadas de libertad por no pagar alimentos y lo que tardan estos procesos, porque todos ellos involucran a los padres de los menores.
Conforme a la data estadística del Instituto Nacional Penitenciario (INPE)(1), tenemos que en las prisiones peruanas se encuentran 2,859 personas por el delito de Incumplimiento de la Obligación Alimentaria, de las cuales están condenadas 1,821 y afrontando el proceso 1,038 personas. O sea, eso significa que hay aproximadamente 3,000 “hijos” –no siempre se tiene un solo hijo, y formulo una generalización y como dato agrego que en el año anterior existían 2,473 internos por dicho concepto–, que no reciben la asistencia mínima de subsistencia por parte de su progenitor. Y estos van a parar con sus huesos en la cárcel, donde evidentemente no pueden generar recursos para cumplir con las obligaciones vencidas.
Reviso el Boletín Estadístico del 2018 del Poder Judicial(2) y, encuentro estos datos: a nivel de autoridades judiciales tenemos dos Salas de Familia (nivel de Corte Superior) y 248 Juzgados de Familia, habiéndose realizado un incremento de 66 jueces en esta materia a nivel nacional. Pero lo dramático son los números de casos pendientes, a dicha fecha –la del reporte– se tenía pendiente de resolver nada menos que 268,084 causas, de las cuales habían ingresado en el 2018 aproximadamente 42,000 nuevos procesos.
La Defensoría del Pueblo realizó en el 2017 un estudio sobre la Situación de los Procesos de Alimentos(3). Sobre la base de las entrevistas realizadas a los usuarios y de 3,512 expedientes archivados revisados, se puede concluir que el 90% de las demandas fueron presentadas por mujeres en favor de sus hijos, siendo en más de la mitad de los casos el único sustento para atender a los hijos. Así las cosas, los varones suelen ser los demandados y allí se encuentra que, tienen la condición de convivientes el 51.1% y la condición de cónyuges solo el 13.5%. Adicionalmente, se apersonaron al proceso solo el 53.1% –en los expedientes revisados–, situación que evidentemente afecta posteriormente el cumplimiento del mandato judicial.
En dicho reporte, encuentro una parte dramática: el monto de la pensión alimenticia y el momento en que se dispone la entrega de la misma. Así tenemos que la pensión concedida no supera los S/ 500 en el 81.2% de los casos, y solo se dispuso el pago inmediato o pago anticipado de la pensión en el 18.7% de los casos. Finalmente, como datos interesantes se tiene que quedan consentidas –es decir, no son apeladas– el 89.6% de las demandas; se cumplió rápidamente en un porcentaje del 38.9%, y se tardó más de 15 meses en el 23.5% de los procesos.
Bueno, luego de historias y datos, podemos concluir que hacen falta más padres de verdad que asuman su rol como el Pepe originario. Pero aparte de esa tarea ética y moral que se debe desplegar, resulta preciso abordar la reforma de justicia, y en especial la referida a la prestación de alimentos. Deberíamos pensar en una norma por la cual, presentada la demanda, acompañada evidentemente de los papeles que acreditan la filiación, el juez en forma inmediata disponga el pago de la pensión requerida para los hijos. Y en el desarrollo del proceso se debata la disminución o variación de esa pensión.
Ahora, ¿por qué tener en la prisión a quienes incumplen el pago de alimentos?, Que se les sentencie y que estén sujetos a normas de control, como grilletes o pernoctar en el penal; pero que trabajen. Creando un régimen de apoyo en el sistema nacional de empleo, la sanción de carcelería solo afectaría a los menores de edad que no pueden ni comer, menos estudiar, en forma apropiada.
Todos los problemas sociales suelen comenzar con una familia disfuncional. Por ello ser padre o ser pepe es un rol que debemos valorar en esta Navidad. Y debemos ser muy críticos con los padres que no cumplen el rol voluntariamente asumido y dejan en abandono a niños y adolescentes.
1 https://www.inpe.gob.pe/estad%C3%ADstica1.html
2 https://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/813ad88048c970ce939df353388de097/Boletin+N°4+DICIEMBRE-2018.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=813ad88048c970ce939df353388de097
3 https://www.defensoria.gob.pe/wp-content/uploads/2018/08/DEFENSORIA-ALIMENTOS-JMD-27-07-18-2.pdf
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