Manuel Gago
¿La democracia ganará por puesta de mano?
Vladimir Cerrón tiene planes concretos de ataque

Con el nombramiento de Guido Bellido como titular de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), Vladimir Cerrón, dueño de Perú Libre, ha decidido acelerar el camino hacia la patria socialista. La línea está trazada y marca la ruta del gobierno: llevar a los extremos las contradicciones políticas para de un zarpazo dar el golpe comunista.
Con Cerrón las coincidencias no existen y nada está fuera de su control. La majadería infantil de Francisco Sagasti, pretendiendo ingresar al Congreso de la República el día de la juramentación de Pedro Castillo no sería un hecho aislado. Por todo lo que acontece rápidamente, sería parte del nuevo plan de demolición contra el Congreso. Simpatizantes del partido Morado e “izquierdistas miraflorinos” secundados por la masa confundida, han pegado el grito al cielo por el supuesto maltrato, en ese momento, al ciudadano Sagasti, impedido de ingresar al Parlamento con la banda presidencial. “Este Congreso es obstruccionista y no me representa”, ¿otra vez el grito antidemocrático de comunistas y tontos útiles?
Perú Libre no tiene los votos suficientes en el Parlamento para ejecutar las tropelías proyectadas, aparentando respeto por las normas y costumbres democráticas. No son confiables sus aliados del partido Morado, Somos Perú y Juntos por el Perú, aun cuando Pedro Francke –también promotor de una nueva Constitución–- haya sido designado ministro de Economía. Para el marxismo extremista los revisionistas y traficantes del socialismo no son parte del cogollo revolucionario, son utilizados de la misma manera que diversos personajes seculares y religiosos. En su momento –si es que llega– el poder se encargará de vomitarlos.
Vladimir Cerrón no pierde tiempo, no esperará 20 años como en Venezuela para consolidar el marxismo-leninismo prosenderista. Frente a su frágil representación parlamentaria, el plan es cerrar el Congreso e imponer una Asamblea Constituyente integrada por representantes de los denominados pueblos originarios. Cerrón sabe lo que hace, y tiene planes y norte definido, además de agitadores políticos y cuadros militares listos para la acción. Las rondas urbanas asalariadas detendrán a los opositores en las calles con la consolidación del comunismo.
Mientras la oposición sueña con victorias personales y partidarias, Perú Libre avanza a galope y da estocadas. Cerrón no tiene políticas de defensa sino de ataque. Le impone al país una agenda comunista y jaquea a las Fuerzas Armadas, Policía Nacional, instituciones nacionales y al país entero. La calle, que en su momento fue tomada por los opositores al marxismo, se enfría por ausencia de liderazgos y por esa constante abulia del peruano medio. Esto lo sabe Cerrón, ya lo ha experimentado en Junín. Por ignorancia y temor, la mayor parte de la población es complaciente con su verdugo.
Los nombramientos de Bellido, investigado por apología al terrorismo como PCM y de Héctor Béjar, ex guerrillero castrista, como ministro de Relaciones Exteriores son actos de provocación orquestados por Cerrón, dedicado a tiempo completo a organizar la patria socialista usando el modelo cubano.
La defensa de la democracia contra la dictadura comunista pasa por una puesta de mano firme y valiente, y por los liderazgos que decidan dar estocadas contrarias. Hasta el momento Cerrón lleva la delantera, tiene la sartén por el mango y el apoyo abierto, como en Venezuela, de cubanos, iraquíes, turcos, rusos y chinos. Hace rato evaluaron los recursos naturales del país. La democracia tiene a un 70% de la población adormilada en cuestiones políticas y defensa de su vida y patrimonio.
Con el cuento de la patria socialista el usufructo de los recursos no alcanzará a los más pobres. Una vez más notificamos: los enemigos de la libertad y democracia no descansan, planean cómo disuadir fácilmente a los peruanos.
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