Jorge Varela

El Estado enemigo de Milei

Un ente corruptor y anticapitalista

El Estado enemigo de Milei
Jorge Varela
22 de agosto del 2023


Javier Milei, el gran ganador de las elecciones PASO en Argentina, ese candidato de La Libertad Avanza, de mirada y melena leonina, cuyo pensamiento es un volcán de ideas libertarias, está muy cerca de llegar a la Casa Rosada. ¿Quién es este ‘loco lindo’ –verdadero
rockstar– de la política argentina? ¿Un personaje anarco-capitalista, como dicen algunos? ¿Un liberal libertario auténtico, como él mismo se declara? 

En este artículo se resumirá una de sus propuestas más polémicas: la de terminar con el Estado anticapitalista, corrupto y abusador. Un planteamiento atrevido en torno al comportamiento del Estado que detesta fieramente, idea que seduce a las nuevas generaciones hastiadas de tanto peronismo tramposo y chanta. 

¿Qué es o no es el Estado? 

El sociólogo Franz Oppenheimer, citado por Milei, sostiene que hay solo dos modos mutuamente excluyentes de obtener riqueza. El primero es el método de la producción e intercambio mediante el cual el hombre logra la satisfacción de sus necesidades y mejora su nivel de vida, usando su mente y su energía para transformar los recursos e intercambiarlos por bienes. Es el de “los medios económicos”.

El segundo es el método de la captura de bienes ajenos o servicios a través del uso de la fuerza y la violencia, de la confiscación, del robo; método que Oppenheimer denominó “medios políticos” hacia la riqueza. Pues bien, de acuerdo a esta última modalidad “el Estado es la organización de los ‘medios políticos’; es la sistematización del proceso predatorio sobre un territorio determinado”. El Estado provee un canal legal, ordenado, sistemático y permanente para la depredación de la propiedad privada, y hace relativamente pacífica la vida en sociedad de lo que Milei denomina casta de burócratas parásitos. 

El Estado coercitivo 

Javier Milei coincide con Oppenheimer: El Estado es aquella organización que intenta mantener un monopolio sobre el uso de la fuerza y la violencia en una determinada área territorial… es la única organización que obtiene sus ingresos, no a través de contribuciones voluntarias o el pago por servicios prestados, sino a través de la coerción… El Estado obtiene su renta mediante el uso de la compulsión. Algunos teóricos veneran al Estado como la apoteosis de la sociedad y casi todos lo consideran como un medio necesario para lograr los objetivos de la humanidad, un medio a ser contrapuesto al sector privado”. A juicio de Milei, “el Estado es nuestro mayor enemigo” (Libertad, libertad, libertad. Javier Milei y Diego Giacomini, Galerna, Buenos Aires, 2022)

Estado y capital privado 

El relato expuesto indica que el Estado, “como organización de los medios políticos, constituye la fuente de la clase gobernante (casta gobernante), y está en permanente oposición al capital privado genuino… El Estado es profunda e inherentemente anticapitalista pues vive de la confiscación obligatoria del capital privado y su expansión implica necesariamente incursiones cada vez mayores sobre el individuo y la empresa privada”. Es un ente que “ha demostrado siempre un impresionante talento para la expansión de sus poderes más allá de cualquier límite que le pueda ser impuesto”.

Estado y mercado libre 

Toda intervención del Estado está avalada por el uso de la fuerza física o amenaza de usarla, lo que significa sustituir las acciones voluntarias por la coacción. “El Estado es fuerza física, violencia pura y dura. Por el contrario, en libre mercado el agente económico intercambia voluntariamente porque maximiza su utilidad… Ningún burócrata puede saber mejor que nosotros mismos qué nos brinda más o menos utilidad. La persona sujeta a coerción, en consecuencia, siempre pierde utilidad como resultado de la intervención”.

El intervenido que pierde no tiene a su disposición caminos alternativos, ya que es obligado por la fuerza mediante el aparato represor del interventor (estatal). Tan solo tiene el voto que puede usar de manera esporádica.

Agréguese que para Milei, “la política es un conflicto de intereses que se disfraza de lucha de principios, en la cual la captura del Estado se lleva a cabo en favor de los beneficios de quienes detentan dicho poder bajo la máscara del objetivo del bien común” (Libertad, libertad, libertad, pág. 214). 

Casta y Estado 

Establecido el Estado, el problema del grupo o casta dominante es cómo mantener hegemonía: su problema básico es lograr el apoyo activo o la aceptación resignada de la mayoría ciudadana; en el largo plazo es de índole ideológica. Una forma de asegurarse apoyo es a través del otorgamiento de privilegios (bonos, subsidios); otra es tener a su disposición un grupo de seguidores que disfruten del aparato estatal y de la burocracia permanente. 

No obstante, dado que el mayor peligro para el Estado es la crítica intelectual independiente, requiere moldear a la opinión pública, tarea para la cual necesita a los intelectuales. Los ciudadanos deben ser convencidos por medio de la ideología que sus gobernantes son buenos, sabios, probos, mejores que las alternativas posibles. El apoyo ideológico es vital para el Estado, razón por la cual quienes lo detentan deben impresionar a la ciudadanía para distinguir entre sus acciones y las de los bandidos. Otra arma exitosa es inspirar miedo respecto de cualquier otra forma alternativa de gobierno. 

El canto libertario de Milei 

Milei, el hombre carismático que ha manifestado su total resolución para derrotar a la casta dirigente, atacando el colectivismo de un Estado que degeneró en corrupción y nepotismo, es hoy la esperanza de millones de pobres y jóvenes argentinos cansados de sufrir tantas humillaciones y abandono durante décadas. Milei es ese personaje energético que le canta a la mujer: “Como un acróbata demente saltaré sobre el abismo de tu escote hasta sentir que enloquecí tu corazón de libertad, ya vas a ver… Ya vamos a llegar, querida mía. Subite a mi ilusión súper-sport…” (Horacio Ferrer, poeta uruguayo, autor de “Balada para un loco”).

Su idea de futuro que encarna con pasión y le identifica es que la libertad no sea un proyecto eternamente diferido. Si el objetivo es avanzar en tal dirección, debiera entender que los argentinos no quieren un mero proyecto de demolición o la aplicación experimental de políticas que terminen por robustecer aquello que pretende echar abajo. Los argentinos ya se cansaron de tanto chanta que anda suelto por las pampas, y al parecer están dispuestos a que la libertad avance.

Jorge Varela
22 de agosto del 2023

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