Gustavo Rodríguez García
¿Copia pero hace obras?
Sobre el plagio en plan de APP
El equipo del Diario Altavoz, en un cuidadoso trabajo de investigación, informó que el Plan de Gobierno de la agrupación del candidato César Acuña habría sido elaborado tomando contenido de otras fuentes sin citarlas… en buena cuenta, plagiando. Según lo que han reportado diversos medios de comunicación, la agrupación habría respondido mediante un comunicado señalando que: “Se han dejado de lado algunas indicaciones de pie de página, con referencia a fuentes utilizadas sobre diagnóstico de la situación del país, por negligencia y descuido de los responsables de la edición final del documento. Pedimos las disculpas del caso por ese error”.
Vamos por partes. La ley peruana –específicamente el artículo 44° de la Ley sobre el Derecho de Autor- establece que: “Es permitido realizar, sin autorización del autor ni pago de remuneración, citas de obras lícitamente divulgadas, con la obligación de indicar el nombre del autor y la fuente, y a condición de que tales citas se hagan conforme a los usos honrados y en la medida justificada por el fin que se persiga”. Dicho en simple, es perfectamente lícito tomar fragmentos de obras ajenas sin autorización de su autor y sin tener que pagar ni un sol por ello, siempre y cuando se cite al autor y la fuente… es decir, precisamente lo que no se hizo.
La calificación de “error”, entonces, resultaría demasiado blanda para lo que parece ser una abierta y clara infracción a la ley, esto es, una ilegalidad. De acuerdo con nuestra Constitución, el Presidente de la República personifica a la Nación… nos parece inaceptable que quien pretende personificar a la Nación trate de justificar una ilegalidad calificándola tibiamente de “error”. Bajo esos estándares, cualquier atrocidad podría ser vista bajo el benévolo lente del error… algo así como “no he delinquido, he pecado”.
Como si lo ya dicho no fuera suficiente, el propio Diario Altavoz ha puesto en evidencia que el empleo de fuentes sin citas no se limita a la colaboración de la consulta Maximixe sino que, además, se extendería al Plan Bicentenario 2011 preparado por el CEPLAN y al Plan Estratégico Sectorial Multianual del Sector Producción del año 2010 elaborado por el Ministerio correspondiente.
Para algunas personas, sin embargo, criticar a Acuña es casi un sacrilegio. Así, mentes que ponen en evidencia el descalabro constante al que nos vemos expuestos, apelan a que “apoya a la educación”, “es caritativo”, “viene de abajo”, “es del pueblo” y cuanto lugar común uno pueda imaginarse. Desde luego, una explicación de este fenómeno puede responder al sueño de una gran masa de la población encarnado en el candidato Acuña. Muchos quieren salir “de abajo” y ser ricos y poderosos, aspirar a la presidencia y sentirse en la comodidad de no tener que explicar nada. En suma, la viveza criolla con fajín presidencial.
Mi comentario tiene un propósito más modesto. Poner en evidencia que la explicación de Acuña frente a la acusación que le han efectuado –a él o a su agrupación- es indefendible. No citar fuentes no es simplemente un error, es ilegal. Y para los que defensores a ultranza que creen que un plagio es una suerte de falta menor… sería bueno que piensen si les gustaría dedicarse a crear algo y ver como otro se lo usurpa impunemente. El día en que institucionalizamos esta forma de ver las cosas, es el día en que se corroen las bases para generar crecimiento. Es el día en que se destruyen los cimientos que hacen posible que los pobres puedan aspirar a ser empresarios. El copia pero hace obras o copia pero es caritativo es inadmisible y debe ser más inadmisible, precisamente, para los pobres y emprendedores que Acuña dice representar.
Por Gustavo Rodríguez
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